No existe en la historia de nuestro país la experiencia previa de haber vivido una situación económica tan precaria y de tan larga duración como la que estamos viviendo y llegar con una empresa moribunda, en lo económico, al mes de diciembre.
Será toda una experiencia desde el punto de vista comercial recibir al 2021. Será emocionante iniciar un nuevo año, pero este tendrá más retos de lo normal.
Los primeros seis meses de 2021 serán difíciles para todos los empresarios, y en especial para los involucrados en el turismo.
La temporada alta del turismo panameño está relacionada con la época seca, pero ahora nos enfrentamos al temor que experimentan los turistas ante la falta de un tratamiento efectivo que prevenga el contagio del coronavirus (Covid-19).
El turismo como negocio ha sufrido un enorme golpe que implica reinventarse para superar los obstáculos. Y por qué no, poderle llegar a ese posible cliente con argumentos muy convincentes para cerrar esa venta, cuya importancia es más alta ahora. Además de cubrir los gastos regulares de la operación, hay que hacerle frente a deudas y financiamientos que se adquirieron para sobrevivir la cuarentena que mantuvo cerrado por más de siete meses a esta industria.
He convertido mi cuarto de estudio en un templo de meditación y de proyecciones para poder ensamblar estrategias con nuevos emprendimientos que nos permitan llegar a ese cliente que está en busca de otros horizontes. Es necesario liberar nuestra mente para despojarnos de la presión que se acumuló por muchos meses de encierro.
Esta pandemia a muchos nos ha tocado las fibras más íntimas de nuestra personalidad; como empresarios donde hemos podido ver nuestros errores administrativos que se han tenido que reconsiderar en el armado y construcción de lo que podría ser el nuevo giro que llevará a la empresa por un camino más seguro y con una visión más clara de lo que tenemos que hacer.
Si hay algo claro que dejó la pandemia respiratoria es que no podemos seguir con los mismos métodos del pasado. El mundo cambió de golpe y debemos aprender de esta nueva realidad. El que no se adapta al entorno actual tendrá un camino más complicado para lograr sus metas. A pesar de los obstáculos debemos ser positivos, no podemos perder tiempo en problemas menores.
Estoy convencido de que vendrán mejores días y que volveremos a resurgir como el ave fénix, como empresas y como personas de bien, por un mejor futuro para todos.
Es importante a nivel nacional comenzar a implementar la actualización del plan maestro de turismo. Es necesario establecer la nueva hoja de ruta y explorar los destinos con más potencial, pero siguiendo los lineamientos de biodiversidad y desarrollo sostenible que nos permitirán diferenciar nuestra oferta.
También es tiempo de que el Fondo de Promoción Turística Internacional comience a colocar el nombre de Panamá en el extranjero. Otros destinos que compiten directamente con Panamá están haciendo mercadeo turístico y presentando su oferta.
Ya es hora de materializar nuestra marca país, no podemos seguir sin un rumbo. No podemos seguir cometiendo los errores de no contar con una identidad en lo turístico y comercial.
El mundo no es igual, por eso no podemos seguir con la misma actitud. Es hora de actuar, los turistas no llegarán solos.
El autor es operador de turismo receptivo.