“Tenemos un pedazo de jamón en Amador” que solo representa gastos para la Caja del Seguro Social (CSS).
Con estas palabras, el director de la CCS, Enrique Lau Cortés, hacía referencia a los bienes que tiene la entidad por todo el país y que no generan ingresos a la Caja.
Se trata de, al menos, 46 fincas que tienen un valor combinado de 457.7 millones de dólares. De acuerdo con el director de la CSS, estos bienes representan un gasto para la entidad, ya que debe dedicar fondos para su mantenimiento, un lujo que no puede seguir dándose la institución, que cuenta con 1.2 millones de cotizantes y 290 mil jubilados y pensionados.
Cierre de 2019
Según datos financieros al 31 de diciembre de 2019, los ingresos totales de la Caja del Seguro Social sumaron $4 mil 839 millones, lo que representa una disminución de 51 millones de dólares respecto al año anterior. Por su parte, el gasto de funcionamiento y el pago de prestaciones sumaron $3,743 millones.
En el caso de Amador, una de las zonas con potencial turístico del país, el seguro social tiene más de 13 hectáreas con un valor en libros de 200 millones de dólares, según un avalúo que no se actualiza desde hace una década. Estos terrenos están ubicados en la entrada de la calzada, tierras que adquirirían más valor una vez entren en operación este año el centro de convenciones y la terminal de cruceros que se construyen en la zona.
Otro de los tesoros de la Caja son las 73 hectáreas ubicadas en San Carlos, provincia de Panamá Oeste, y que inician en la carretera Panamericana y se extienden hasta la playa. Esta zona ha registrado un crecimiento importante en proyectos residenciales y turísticos en los últimos años, aumentando el valor de la tierra.
Francisco Bustamante, subdirector de la CSS, indicó que el objetivo de la administración es que estos bienes generen dividendos a la entidad y a los programas de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) y de Riesgo de Enfermedad y Maternidad.
El plan de la administración es establecer un mecanismo que permita el desarrollo de estos bienes, pero sin que la entidad pierda el valor del activo. Es decir, que la CSS optaría por un modelo de concesión o inversión compartida donde el terreno siga formando parte de los activos de la entidad, que al ritmo actual proyecta que para el año 2023 verá agotadas las reservas del programa IVM.
Según los estados financieros no auditados correspondientes al año 2018, el rubro de terrenos disponible para la venta que pertenecen al IVM disminuyó producto de la venta de un globo de terreno ubicado en Río Abajo, provincia de Panamá, al Metro de Panamá. Este terreno tenía un valor en libros de 736 mil dólares.

“No somos una agencia de bienes raíces colocadora de tierra. Somos una entidad de seguridad social y buscamos la sostenibilidad del fondo de pensiones”, comentó el director.
Esta semana, Lau Cortés presentó las cifras de las reservas de la CSS, detallando que en 2018 se utilizaron 48 millones de dólares del subsistema definido del IVM, y que en el año 2019 se usaron otros 228 millones de dólares. El pronóstico es que las reservas se agotarán en 2023.
En total, la CSS tiene reservas por 5 mil 725 millones de dólares.
Lau Cortés indicó que un equipo de la entidad ya está trabajando para determinar el modelo que se utilizará para que los activos no productivos generen ganancias. “Hay formas creativas de generar ingresos, y estamos trabajando en eso”, apuntó.

