Las condiciones que rigen el historial de crédito de los consumidores cambiaron con la reciente entrada en vigor de la Ley 195 de 2020. La norma fue promulgada el pasado 31 de diciembre de 2020 en Gaceta Oficial, entrando en vigencia tres meses después.
Una de las novedades más importantes es que los datos sobre el historial de crédito prescriben ahora cinco años después del último pago efectuado.
Si no se ha realizado ningún pago, se toma como referencia la fecha en la que debió haberse efectuado el primer pago, según la norma. Pasados los cinco años, el dato es borrado del sistema, mientras que antes la información prescribía a los siete años.
Este cambio ha supuesto que 98,274 personas queden sin referencias de crédito en el sistema, porque tenían una antigüedad de entre 5 y 7 años.
“ Estamos trabajando en una plataforma que estará disponible este año, donde las personas podrán, a través del celular, hacer el proceso de validación y con eso podrán tener acceso al historial de forma electrónica”.
Giovanna Cardellicchio, gerente general de APC Intelidat.
Giovanna Cardellicchio, gerente general de APC Intelidat, dijo que estas personas desaparecen del sistema y cuando se les busque saldrá que no tienen referencias.
La ejecutiva explicó que cuanta más información se tiene sobre un cliente, es mejor para tomar decisiones de crédito.
Recordó que en Panamá los plazos de los préstamos son más largos que en otros países de la región y que entidades como el Banco Mundial recomiendan vigencias de los historiales entre tres y siete años, pero que se inclina por los siete años cuando los plazos son largos, porque debe haber cierta proporcionalidad. En el debate parlamentario de la hoy Ley 195, finalmente se acordó que sería de cinco años.
Cardellicchio señaló que los consumidores pueden mantener una referencia si no quieren que prescriba; el ,trámite se debe hacer personalmente en los centros de atención de APC Intelidat y en el futuro se podrá hacer de manera digital. De igual forma, también se podrá consultar por vía electrónica el historial, comentó.
Arreglos de pago
La ley trae otras novedades cuando los clientes pactan arreglos de pago o reestructuran sus obligaciones.
Por ejemplo, si un cliente acuerda un arreglo de pago con una entidad con la que mantiene una deuda y cumple con los compromisos pactados, a los seis meses el agente económico deberá crear una referencia crediticia adicional sobre el historial del arreglo de pago.
Por su parte, si la obligación es reestructurada y el cliente cumple durante un año entero, la referencia original será borrada y se seguirá reportando la obligación según el historial de crédito que se mantenga después de la reestructuración.
De esta forma se podrá apreciar que una persona que en algún momento dejó de pagar, ahora está cumpliendo con la obligación. “Es favorable para el consumidor, porque no es lo mismo alguien que nunca pagó a alguien que por alguna razón tuvo un problema y no pudo pagar, pero ahora se está poniendo al día”, dijo la ejecutiva.
Esta realidad puede ser particularmente relevante en la actualidad, dado que muchos clientes están haciendo arreglos de pago o reestructurando préstamos en el marco de la pandemia.
Cardellicchio señaló que los atrasos en los pagos incurridos en pandemia no se están sumando al historial.
Una vez que se levanten los paraguas legales de las moratorias, algo que todavía no ha sucedido, se empezaría a computar nuevamente la morosidad, partiendo desde los días de atraso que existieran antes de la pandemia.
Según las cifras del regulador bancario, al 26 de marzo de 2021 había préstamos por un total de $22,213.4 millones que han sido objeto de alguna medida de alivio.
Debilidad en el crédito
Mientras tanto, los nuevos préstamos que se están concediendo en el sistema bancario reflejan la debilidad de la economía en un entorno de pandemia, especialmente al compararse con los dos primeros meses de 2020, cuando no se había confirmado ningún caso de la enfermedad en el país y no había restricciones de movilidad ni de actividades económicas.
Las cifras más recientes de la Superintendencia de Bancos de Panamá muestran que entre enero y febrero de 2021 se desembolsaron préstamos por un total de $2,179 millones, cifra que representa un descenso de $851.1 millones o 28.1% que en el mismo periodo del año anterior, cuando todavía no había pandemia.
Sectores de peso en la composición del crédito tuvieron comportamientos marcadamente negativos. Los créditos de consumo personal nuevos cayeron 48.2% o $235.1 millones, mientras que los créditos hipotecarios nuevos cayeron 41% o $142.9 millones respecto a los desembolsos efectuados en los dos primeros meses de 2020.
La caída de nuevos desembolsos se refleja en el saldo total de la cartera de crédito local, que cerró febrero en $54,143 millones, un 1.8% menos que a la misma fecha de 2020.
En esa cifra se incluyen los préstamos al sector público, que aumentaron, pero si solamente se observa el sector privado, el saldo de la cartera cayó en $1,940 millones en un año.
El regulador señaló que la disminución del crédito al sector privado “responde a condiciones de demanda y son el resultado del entorno macroeconómico que afronta el país debido a la crisis desatada por la pandemia”.

