PARÍS, Francias/EFE Los accionistas de GDF y Suez aprobaron ayer por separado la fusión de ambas empresas en una de las últimas formalidades para constituir a partir de la semana próxima uno de los pesos pesados de la energía en Europa, tras 29 meses de una operación repleta de sobresaltos.
Los accionistas de Gaz de France (GDF) fueron los que cerraron el procedimiento de ratificación de la unión con Suez al apoyarla un 99.9% de los que participaron en asamblea general.
Previamente, la asamblea de Suez había dado su visto bueno con el 99.6% de los votos.
El futuro grupo fusionado, bautizado GDF Suez, que parte de una capitalización bursátil de más de 142 mil 398 millones de dólares si se suma la de las dos compañías, contará con una plantilla de cerca de 200 mil personas en el mundo y una facturación en 2007 de 117 mil 557 millones de dólares.
Esta última cifra la convertiría en la primera empresa energética europea por delante de la alemana E.ON y de la francesa EDF.
También será el líder mundial en el aprovisionamiento de gas natural licuado, el “número uno” en Europa por las compras de gas y la tercera mayor capitalización bursátil de la Bolsa de París solo superada por la petrolera Total (185 mil 152 millones de dólares) y EDF (148 mil 438 millones de dólares).
GDF Suez estará presente en el gas, la electricidad, servicios energéticos, el agua y el saneamiento.
El presidente del grupo franco-belga Suez, Gérard Mestrallet, lo será del nuevo conjunto, que empezará a cotizar como nueva entidad desde el próximo día 22.
El actual presidente de GDF, Jean-Franois Cirelli, se quedará como vicepresidente de una entidad que va a premiar a sus accionistas con un dividendo excepcional de 1.26 dólar por acción pagaderos de aquí a finales de año.
Un reparto que se justifica en su estrategia de remuneración de los accionistas, con una promesa de incremento de los dividendos de entre el 10% y el 15% anual en el periodo entre 2007 y 2010.
Mestrallet aseguró que la fusión “aporta un elemento suplementario de seguridad en el aprovisionamiento” de Francia, en un mensaje que parecía dirigido a los que se inquietan por las consecuencias de esta mayor concentración del mercado en términos de competencia.
