Rainer Tuñon C. Especial para La PrensaRainer.Tunon@edelman.com La batalla en el campo del entretenimiento hogareño ha sido ganada por los discos digitales. Si en 1975, el nombre Betamax estaba relacionado con el futuro de la era del video, ahora quien lo derrotó– su majestad el VHS– luego de su aparición algunos años más tarde (las primeras ventas se registran hacia 1978), no pudo defenderse del ataque inminente del DVD.
En la actualidad el Video Home System podrá ser rescatado para ser exhibido en museos, y si sobrevive, lo hará en países en vías de desarrollo tecnológico, cuya capacidad para absorber la revolución digital se dará a gateo de bebé.
En pleno apogeo de los años ochenta, la frase de "Panamá es territorio Beta" era una jugosa moda tecnológica que logró que se dispararan la ventas del singular formato, sin embargo a los pocos años, las estanterías de los videoclubes se inundaban de títulos con unos casetes más grandes, y con mayor duración.
La última aparición del BETA fue en el 2002, en la forma del Betacam como el último de los mohicanos, pero en el rango de la televisión profesional. Para agrado del jurásico BETA, el turno le llegó al VHS y ahora se venden películas de ese formato en precios desde dos dólares hasta diez, si se trata de "inmortales del cine eminentemente coleccionables".
El VHS se encontró con su némesis y las tiendas de venta de productos de consumo electrónico comenzaron a adaptarse al cambio, rebajando a precio de regalo los famosos VHS de cuatro cabezas, que eran de lo más "chic" hace algunos años.
Para alguien que haya sentido los cambios tecnológicos, sobre todo en la industria del entretenimiento, los mismos han sido impresionantes en tan corto periodo.
El tiempo de los reverenciados reproductores y grabadores de VHS domésticos está quemando sus últimos cartuchos en la historia y el video digital logra penetrar con fuerza esos mercados cautivos ofreciendo mejor calidad, más información y algunos recursos de interactividad.
Ahora, bajo el reinado actual del DVD, aún quedan cuestiones económicas que no se podrán superar a corto plazo. Los DVD reproductores siguen siendo caros, pero permiten almacenar películas en una memoria interna, lo mismo que con la fotografía digital.
La tecnología óptica de los discos compactos, que usa un laser rojo para leer y escribir data, permite grabaciones de programas de televisión y películas en formatos como DVD-RAM, DVD-R, DVD-RW, DVD+R y DVD+RW con una calidad de imagen superior a la del VHS.
La señal se convierte automáticamente en bits al entrar al grabador a diferencia de sistemas analógicos donde la captación se hace por cables (S-video o RCA) y la imagen pierde calidad.
En el DVD-RAM, la compatibilidad es uno de los atributos principales cuando se piensa en formato de grabación. Tiene una vida útil 100 veces mayor que la de los DVD comunes, pero almacena datos para un ordenador.
En cambio, los DVD-R y DVD-RW fueron los primeros medios regrabables que surgieron. Los discos R permiten una única grabación, mientras que en los medios RW se puede grabar varias veces.
Pero así como el DVD tiene sus ventajas en comparación al VHS ya que no hay cabezas que rozan con la cinta, que se ensucian o se deterioran, el DVD también tiene un nuevo rival: Blu-ray. El Blu-ray Disc es el nombre de una próxima generación de discos ópticos. El formato fue desarrollado conjuntamente por los grandes de la tecnología como Dell, Hitachi, HP, JVC, LG y Mitsubishi para permitir la reproducción, grabado y regrabado de video de alta definición, como también de almacenaje de grandes cantidades de data.
Una sola capa de un disco Blu-ray puede almacenar hasta 25 gigabites (GB), que puede ser usado para grabar más de dos horas de televisión de alta definición o más de 13 horas de televisión estándar. Las versiones de capas dobles pueden almacenar hasta 50GB.
Con la rápida transición hacia TV de alta definición, la demanda por la tecnología Blu-ray, que permite el grabado directo al disco sin pérdida de calidad, está aumentando y pronto reemplazará los reproductores de DVD y VHS.
A pesar de los altos precios en el mercado, la tendencia es cada vez más apegada hacia lo digital. Hay quienes creen que debemos acostumbrarnos a estos cambios tan rápidos. Para el usurario común y corriente que necesita de la tecnología pero no puede invertir miles de dólares, lo más conveniente es que espere a que la calidad se acompañe con precios bajos y que estos aparatos mejoren sus características para no quedarse atrás. Para aquellos que sí pueden adquirir tecnología sin importar su precio, sumérjanse en las aguas de lo digital y sea testigo de sus constantes cambios.
El autor es periodista y consultor de Edelman
