En las comarcas Ngäbe Buglé y Guna Yala la pobreza extrema supera el 70% y 60% de la población respectivamente.
Tomando en cuenta la disponibilidad, el acceso, la estabilidad y utilización biológica de los alimentos, los indígenas constituyen la población con mayor inseguridad alimentaria y nutricional del país.
Revertir la escasez de alimentos en estas zonas del país es el norte, desde hace un año, de 350 familias en ocho comunidades de las comarcas Ngäbe Buglé y Guna Yala.
Con la asesoría de expertos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés) los pequeños productores han retomado los cultivos de ñame baboso y diamante, otoe, yuca, plátano, guandú, zapallo y poroto. Además del cultivo de granos básicos y tubérculos.
También desarrollan con la FAO la intervención piloto para la elaboración y validación de una propuesta de asistencia técnica integral dirigida a la mejora de la seguridad alimentaria y nutricional de las comarcas.
Con el proyecto se busca el mejoramiento de los sistemas de producción agrícolas, pecuarios, acuícolas y de pesca artesanal; incentivar la educación nutricional y el fortalecimiento organizacional, manifestó Erika Pinto, representante asistente en programas de FAO en Panamá.
La idea es que los agricultores adopten nuevas tecnologías de cultivos en el maíz, poroto, frijol y arroz, y validen y midan sus beneficios.
El rol que juegan los agricultores en el proceso de validación de cultivos es de mucha importancia, ya que se identifican las cualidades de los cultivos, así como las desventajas que puedan tener en su producción y en su nutrición, explicó Pinto.
“El técnico es el facilitador y al mismo tiempo apoya y ayuda a sistematizar la información que se vaya generando en el proyecto”, explicó la experta de la FAO.
La intervención piloto de la FAO representa un costo de 298 mil dólares, y a través de una alianza con el Instituto de Investigación Agropecuaria de Panamá se les suministraron a los productores las primeras semillas.
“Queremos que los agricultores validen los rendimientos de sus producciones a través de parcelas demostrativas y que a su vez obtengan sus semillas para que la propuesta sea sostenible.
En 2013 se establecieron en ambas comarcas 35 parcelas para el cultivo de poroto, arroz y maíz.
Mientras que en la primera cosecha de 2014 se instalaron 70 parcelas en la comarca Ngäbe Buglé y 35 parcelas en la comarca Guna Yala de los mismos cultivos.
En Panamá anualmente se consumen más de 15.2 millones de quintales entre los principales granos básicos (arroz, maíz y poroto), pero la producción es de 6.5 millones de quintales aproximadamente.
En las comarcas el poroto también es uno de los granos de mayor consumo, y las variedades más comunes son rosado criollo, chileno, mantequilla, IR2, calima y NUA 24. En este tipo de proyecto se busca además que al productor le quede un excedente de sus cosechas para comercializarla.
En la comunidad de Cerro Tula, un grupo de productores que se dedican al cultivo de frijol han logrado buenos rendimientos y sus excedentes los venden a una empresa procesadora en el mercado local.
Cifras del sector
35
Parcelas para el cultivo de poroto, arroz y maíz se establecieron en las comarcas Ngäbe Buglé y Guna Yala en 2013. Este año se programa sembrar 109.
350
familias en las comarcas se benefician con el proyecto de la FAO.
113
Mil quintales de poroto al año se consumen aproximadamente en el país.
