A finales del año pasado, mientras muchas empresas de tecnología luchaban por mantenerse a flote, Airbnb Inc. alcanzó sin ruido un hito que pocas de las compañías de su sector han logrado: la rentabilidad.
Airbnb pasó a ser rentable por primera vez durante el segundo semestre de 2016, según personas cercanas a la compañía. La empresa de alquiler de casas y apartamentos prevé que mantendrá la rentabilidad antes de intereses, impuestos y amortizaciones también durante 2017, dijo la fuente, que pidió no ser identificada por estar hablando de las ganancias de una empresa no cotizada.
Alcanzar la rentabilidad sitúa a Airbnb en una posición muy diferente de la de otra upstart comparable, Uber Technologies Inc.
La compañía de traslados compartidos perdió unos 3 mil millones de dólares el año pasado, según una fuente familiarizada con el tema; la causa fueron las bajas tarifas que mantuvo para competir con rivales como Lyft Inc. en Estados Unidos y los esfuerzos que hizo para ganar participación de mercado en China, un país que finalmente abandonó a mediados del año al vender su negocio al rival local Didi Chuxing. Las historias de Uber y Airbnb, las dos startups de tecnología más valiosas de Estados Unidos, son el tema de una publicación de Bloomberg Businessweek, extraída del próximo libro titulado Las upstarts: Cómo Uber, Airbnb y las pequeñas compañías del nuevo Silicon Valley están cambiando el mundo.
Airbnb ha disfrutado de un terreno considerablemente menos concurrido que Uber. Se queda con una comisión de entre el 6% y el 12% de las tarifas de los huéspedes, y cobra además una pequeña comisión a los anfitriones. La empresa no tiene gastos relacionados con el mantenimiento y la limpieza de las propiedades. En noviembre, lanzó un nuevo conjunto de servicios que buscan conectar a los viajeros con personas del lugar que ofrecen experiencias turísticas, como excursiones para recoger setas y visitas guiadas a estudios de arte.
Los ingresos de Airbnb aumentaron más de 80% durante 2016, incluso aunque ciudades como San Francisco y Nueva York aprobaron leyes que impondrán límites al número de noches que los anfitriones pueden ofrecer.

