El avión más grande del mundo, el superjumbo Airbus A380, recibió ayer las autorizaciones de seguridad para realizar vuelos comerciales, tras seis años de desarrollo que fueron manchados al final por retrasos en su entrega a las aerolíneas.
La Agencia de Seguridad Aérea Europea (EASA, por su sigla en inglés) y la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) dieron sus respectivas autorizaciones en una ceremonia en la casa matriz del fabricante de aviones europeo en Toulouse.
"Este es un gran día para la aviación (...) El tamaño de este avión es indicativo de cómo los grandes sueños pueden realizarse", dijo el administrador de la FAA, Marion Blakey, poco antes de que las agencias de seguridad entregaran sus "certificados tipo" para la aeronave.
Con estas aprobaciones, el avión de dos pisos y 555 asientos se suma como un mamut a las flotas mundiales de aviones, pese a los retrasos en la producción que han afectado sus entregas.
El descubrimiento de problemas en la instalación del cableado en el mayor proyecto industrial de Europa provocó que la matriz de Airbus, EADS, viviera una polvareda financiera y administrativa en el verano boreal, que redujo en un cuarto en valor de mercado del grupo aeroespacial francoalemán.