Rafael E. Berrocal R.rberrocal@prensa.comLos alimentos sustitutos o imitaciones han tomado presencia en las estanterías de los supermercados panameños. Leche que no es 100% leche, queso que no es queso, mantequilla que no es mantequilla, entre otros.
La tendencia de algunas casas fabricantes de lácteos es añadir a los alimentos elaborados, sustancias saborizantes y estabilizadores que imitan el sabor original de un determinado producto con el fin de recortar sus costos. Otros proceden a mezclar los ingredientes para obtener mayores volúmenes y competir con precios más bajos.
Para la Asociación Nacional de Ganaderos (Anagan) esta es una práctica de los fabricantes que debe ser sancionada económicamente por la Autoridad de Protección al Consumidor y Defensa de la Competencia.
Según el gremio, algunos productos, como la leche condensada, deben estar fabricados solo a base de leche y azúcar, algo que no sucede con nuevas marcas que han entrado al mercado.
Euclides Díaz, director ejecutivo de Anagan, ha puesto como ejemplo la leche condensada marca La Sabrosita, que entre su ingredientes mezcla bicarbonato de sodio como neutralizante, sorbato de potasio como preservante y proteína de leche.
Pero Ricardo Martinelli, dueño de la marca, niega que se trate de un producto alterado y sostiene que las críticas vienen porque el producto tiene un precio más bajo que el de sus competidores: Nestlé y Borden.
La Anagan también critica los ingredientes del queso Amapola, que distribuye industrias Tzanetatos, por su contenido de caseinato, emulsificantes, saborizantes, annatto (colorante) y conservantes. "Están engañando a los consumidores con alimentos falsos y eso es peligroso", dijo Díaz.
Tzanetatos, distribuidor del queso Amapola, confirmó que el producto es una "imitación" de queso que cumple con todos los requisitos de inocuidad. "Se trata de un producto análogo, es una alternativa barata ante el elevado costo de los quesos reales", comentó Roberto Domínguez, representante de H. Tzanetatos Inc.
Fanny Ivette Cardoze, nutricionista y dietista, señaló que es de suma importancia leer en las etiquetas de estos alimentos la información nutricional para conocer qué es lo que se está consumiendo. "En el caso de los lácteos, es importante el contenido adecuado de calcio que tenga este tipo de productos. No es recomendable que todos los alimentos que se compren en casa sean procesados, ya que estos no proveen la misma cantidad de nutrientes que contienen los alimentos frescos", aclaró Cardoze.
La Anagan se ha propuesto presentar este año una propuesta para que se establezca la norma técnica de fabricación del queso y la leche condensada, para evitar que se añadan ingredientes que imiten el sabor del producto.
Mientras tanto, Pedro Meilán, administrador de la Autoridad de Protección al Consumidor, señaló que no puede hacer nada para contrarrestar este tipo de productos ya que todos cumplen con el registro sanitario del Ministerio de Salud. En su caso, acotó, solo puede estar pendiente de fechas de expiración y de que algún producto se comercialice con datos engañosos, como fue el caso de los jugos Naturas, que decían tener 100% de vitamina C y no era cierto.
Según el Ministerio de Salud, ellos tampoco tienen potestad para regular los productos que simulan el sabor de un alimento.
La dirección de Protección de los Alimentos del Ministerio de Salud sostiene que los fabricantes de estos productos no violan las normas de inocuidad mientras aclaren en sus etiquetas los ingredientes que contienen, aunque estos sean sustitutos de leche.
Reynaldo Lee, director de este estamento, indicó que lo importante es que los fabricantes declaren los ingredientes que llevan sus productos y que estos sean considerados inocuos.
Sin embargo, Lee señaló que le corresponde a la Autoridad del Consumidor definir si hay alguna violación en el tema de la competencia leal.
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