El estrés hídrico y las temperaturas con un máximo de 38 grados centígrados han intensificado el ataque de plagas e insectos en la región del arco seco panameño (Capira-Panamá Oeste y las provincias de Coclé, Herrera, Los Santos y el sur de Veraguas).
En la península de Azuero se presenta un incremento de thrips, un insecto que ataca los cultivos de cucurbitáceas (melón, sandía y zapayo).
Este insecto, que se hospeda en la parte inferior de la hoja de las cucurbitáceas, reduce los rendimientos y calidad de los frutos, manifestó Ariel Espino, oficial agrosanitario del Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria (Oirsa), en Panamá.
De acuerdo con los pronósticos agroclimáticos, el estrés hídrico y las altas temperaturas a causa del fenómeno de El Niño ponen en riesgo el cultivo de arroz, café, poroto, cítricos, sandía y melón. También afectan a la ganadería de ceba y cría.
Alcely Lau
Gerente de Investigaciones y Aplicaciones de Etesa.
El Niño se presenta cuando se registra un calentamiento de las aguas en el océano Pacífico ecuatorial. Sus efectos pueden ser distintos a nivel mundial, pero en el caso de Panamá provoca una disminución de las lluvias en la vertiente del Pacífico y un aumento en la vertiente del Caribe.
Sin embargo, este año su agresividad es mayor en el Caribe panameño (Bocas del Toro y norte de Veraguas), donde se reporta un déficit de lluvias mayores a 250 milímetros, asegura Alcely Lau, gerente de Investigaciones y Aplicaciones de la Dirección de Hidrometeorología de la Empresa de Transmisión Eléctrica (Etesa).
La transición de la temporada seca a la temporada lluviosa se pronostica entre la segunda quincena de abril y primera quincena de mayo. Sin embargo, los pronósticos son escenarios de lluvia entre normal con tendencia baja para el primer cuatrimestre de 2019.
El comportamiento de las lluvias será irregular. En un día pueden caer 80 milímetros de lluvia y tener 10 días sin precipitaciones, explica Lau. Febrero se caracteriza por ser el mes con los menores acumulados de lluvia del año, pero las altas temperaturas están incrementando el ataque de plagas.
En la región norte de Veraguas (Santa Fe, Calobre, Cañazas y San Francisco), donde se pronostican temperaturas máximas de 38 grados centígrados y una humedad relativa de entre 60% y 83%, están en riesgo los cultivos de café, cítricos y poroto, informó el funcionario de Oirsa.
Las altas temperaturas también favorecen el ataque de la broca del café, un insecto que perfora el grano maduro y daña severamente la calidad y sabor del producto. Su efecto es tan devastador que reduce la producción cafetalera en 50% o más, dependiendo de las condiciones climáticas en que se desarrolle.
De cumplirse el pronóstico de lluvias irregulares entre abril y mayo, se recomienda que los productores de arroz retrasen la siembra, asegura Espino.
En la ganadería, la baja incidencia de lluvias disminuye la disponibilidad y calidad de forraje. Las altas temperaturas provocan el brote de enfermedades infectocontagiosas y el ataque de garrapatas.
Para afrontar los efectos de El Niño, en el Boletín Agroclimático, elaborado por Etesa y Oirsa, recomiendan el monitoreo fitosanitario de los cultivos, manejo agronómico del cultivo (poda sanitaria y la recolección de granos afectados por la broca) y la renovación de plantaciones con variedades tolerantes a la sequía.
También aconsejan utilizar labranza mínima, bajar la densidad de plantas y un manejo adecuado de plagas. Para el desarrollo de la ganadería recomiendan la conservación de forraje y suplementos de minerales y vitaminas para los animales, control de parásitos, vacunación estratégica y oportuna, además del acondicionamiento de pozos, construir pequeños reservorios para “cosecha de agua” y así mitigar los efectos de El Niño.
