Con frecuencia los países ricos en recursos naturales son pobres, porque la explotación de dichos recursos ha tenido prelación sobre el buen gobierno.
Con frecuencia las empresas petroleras y mineras en competencia, respaldadas por sus gobiernos, están dispuestas a hacer tratos con cualquiera que pueda garantizarles una concesión, lo que ha contribuido a la aparición de gobiernos corruptos y represivos y ha fomentado los conflictos armados.
En África, países ricos en recursos, como el Congo, Angola y el Sudán, han resultado asolados por guerras civiles. En el Oriente Medio, el desarrollo democrático ha quedado rezagado.
Si se acabara con esa "maldición de los recursos", se podría hacer una importante contribución a la mitigación de la pobreza y la miseria en el mundo y ya está en marcha un movimiento internacional para conseguirlo. La primera medida es la transparencia; la segunda, la rendición democrática de cuentas.
¿qué se paga?
El movimiento se inició hace unos años con la campaña "Hagan público lo que pagan", que instaba a las compañías petroleras y mineras a revelar los pagos hechos a los gobiernos. En vista de ello, el Gobierno británico lanzó la Iniciativa en Pro de la Transparencia de las Industrias Extractivas (ITIE).
En la actualidad, tres años después de que se iniciara ese proceso, el Reino Unido va a celebrar una importante conferencia en Londres sobre la ITIE, a la que asistirán representantes de los gobiernos, las empresas y la sociedad civil.
Se han conseguido importantes logros. Por lo que se refiere a las empresas extractivas, las más importantes han empezado a reconocer el valor y la necesidad de una mayor transparencia.
British Petroleum se ha comprometido a revelar información desglosada sobre sus pagos en sus operaciones en Azerbaiyán y Royal Dutch Shell está haciendo lo mismo en Nigeria. Recientemente, Chevron Texaco negoció un acuerdo con Nigeria y Santo Tomé con una cláusula de transparencia que exige la publicación de los pagos de la compañía en la zona mixta de producción.
Lo más estimulante es que los propios países productores están empezando a tomar la iniciativa. Nigeria está reorganizando su empresa petrolera estatal, promulgando legislación sobre la transparencia y lanzando auditorías exhaustivas del sector petrolero y del gas. Se propone empezar este verano a hacer públicos los detalles de los pagos de las compañías al Estado.
Pero queda mucho por hacer. Las dos terceras partes de la población más pobre del mundo vive en unos 60 países en desarrollo o países en transición que dependen de los ingresos correspondientes al petróleo, la minería o el gas.
El índice de transparencia hecho público recientemente por "Save the Children" del Reino Unido revela que la transparencia es la excepción, no la regla. Muchos importantes países productores no han hecho aún un gesto con vistas a la transparencia.
No hay razón por la que los más importantes productores del Oriente Medio no participen en esa campaña en pro de la transparencia, por lo que Indonesia debería unirse a su vecino Timor en la aceptación de la ITIE.
Rendir cuentas
A la ITIE le queda aún mucho por hacer, pero es uno de los medios más eficaces de que disponemos para lograr una norma mundial de transparencia y rendición de cuentas.
La cumbre de esta semana es una oportunidad para evaluar los avances logrados y definir con mayor precisión la aplicación de la ITIE mediante la formulación de requisitos básicos mínimos en los países anfitriones.
Quienes están comprometidos con el objetivo de que por fin la riqueza engendrada por la energía redunde en pro de la mejora de la vida de las personas comunes y corrientes harían bien en invertir en la iniciativa durante esta fase decisiva.
La de ITIE puede no ser una sigla fácil de retener, pero, junto con iniciativas de la sociedad civil, como, por ejemplo, la campaña "Hagan público lo que pagan", promete hacer el bien en el mundo mucho más que la mayoría de las otras.

