Análisis de las buenas noticias

Con la llegada de un nuevo gobierno también llegaron promesas de carácter fiscal que animan al sector de la construcción. Sin dejar de ser positivo, me atrevo a exponer un análisis crítico sobre las promesas de reformar dos situaciones tributarias. La primera oferta fue exonerar del impuesto a las transferencias de bienes inmuebles (ITBI) a todas las transferencias de los bienes que estén dentro del inventario por vender, lo cual tiende a beneficiar solamente a los promotores o vendedores. Explico: el ITBI, establecido con la ley 106 de diciembre de 1974 y que grava las transferencias de bienes inmuebles con la tarifa única de 2%, corre por cuenta del vendedor y es nula su transferencia al comprador. Además, la ley ya contempla la exoneración a la transferencia de los inmuebles residenciales y comerciales siempre que sea la primera venta y que dicha venta se realice dentro de los dos primeros años contados a partir de la fecha del permiso de ocupación. En conclusión, el beneficio deja por fuera a los compradores, la parte más importante, pues sin ellos no hay negocio. Por supuesto que hay que esperar el texto de la ley para determinar su alcance y sus condiciones antes de cantar victoria; y aunque los promotores han sufrido costos financieros adicionales ante una demanda debilitada por las circunstancias, también es cierto que todo sacrificio fiscal debe estar dirigido a promover una actividad en aras de levantar la economía. De poco servirá el sacrificio si no se tiene en cuenta a los compradores, salvo que tal sacrificio revierta en una disminución de los precios de venta ya establecidos. Así se cumple con el principio de oferta y demanda, sin el tradicional juega vivo. También el presidente del buen gobierno ofreció subir el valor de los préstamos hipotecarios con intereses preferenciales a 180 mil dólares (hasta hoy limitado a 120 mil dólares) con el mismo propósito de mover el actual inventario de inmuebles. En no pocas ocasiones he señalado que el problema de tales préstamos no está en su valor, que es muy importante, sino en la morosidad que tiene el Estado con los bancos al no reembolsar en tiempo oportuno el descuento concedido en los préstamos con intereses preferenciales. Esta situación es la causa de que ciertos bancos se resisten a otorgar los préstamos en estudio. La enfermedad nace en la ley del caso al obligar a los bancos a declarar, para efectos tributarios, los intereses descontados producto del tramo preferencial en el mismo período en que se conceden los préstamos, aunque el reembolso no se haya realizado. La medicina está en la reforma de la ley. Cápsula fiscal

Las dos ofertas son oportunas, aunque es necesario darles una aplicación justa al sacrificio fiscal que representa la nueva exoneración del ITBI. Por el otro lado de la moneda, es historia no escrita que muchos promotores utilizan medidas no apropiadas para mantener el precio de venta dentro de los límites del valor de los préstamos beneficiados, y la diferencia desaparece contable y fiscalmente. El anterior artículo 752 del Código Fiscal le daba tratamiento de defraudación fiscal.

El autor es consultor fiscal.

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