Hace apenas cuatro años, Panamá aún podía ufanarse de tener una de las inflaciones más bajas del planeta: en 2004 fue de apenas 0.5% (ver tabla). Una economía dolarizada, sin banco central ni capacidad para imprimir billetes a diestra y siniestra, como solía ocurrir en la mayoría de los países de América Latina, y un dólar fuerte, eran los factores clave de esta envidiable realidad.
Pero esos tiempos lucen cada vez más lejanos y, por los vientos que soplan, la escalada de precios continuará. Por eso llegó la hora de preguntarse qué podemos hacer para enfrentar la espiral inflacionaria.
"Tenemos que aprender a vivir con el problema de la inflación, que es básicamente un problema importado y que no se puede resolver con simples ajustes arancelarios y medidas aisladas", destacó el economista Manuel Ferreira, asesor de la Cámara de Comercio.
El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) está preparando un plan para atacar el problema, que será presentado al país próximamente y en cuyo diseño está participando, entre otros, Juan Luis Moreno, quien es de los que piensa que los ajustes a la política arancelaria deben tener un rol protagónico aquí.
"La primera alternativa es mejorar la productividad del país, y la segunda es abrir aún más el mercado, importar más en los casos en que la oferta local resulta insuficiente", dijo.
El Gobierno está considerando no solo importar arroz para forzar una caída de los precios locales al aumentar la competencia, sino hacer importaciones de otros productos sensitivos, como los porotos.
"Si la oferta local no cubre la demanda y si el producto importado es más barato, Panamá debe importar más", alegó.
Paradójicamente, en este asunto, voceros del sindicalismo y hombres de izquierda coinciden a plenitud con los capitalistas Chicago boys de la administración Torrijos.
"Debemos replicar el modelo del arroz, hacer los mismo con otros ‘rubros’ de primera necesidad. Y no solo fortalecer a las ferias populares sino llevar la venta de esos productos a los supermercados, para aumentar la competencia", declaró el secretario general de la Confederación Nacional de Unidad Sindical (Conusi), Gabriel Castillo.
En lo que no coinciden es en la sugerencia de optar por la regulación de precios. El Gobierno y el sector empresarial, amigos del libre mercado, consideran inaceptable la medida. El Conusi, en cambio, la presenta como la piedra angular.
PLAN INTEGRAL
El Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep) advierte que poco o nada se logrará sin un plan integral que permita desarrollar en paralelo una serie de acciones y deshacer el espejismo de las soluciones mágicas.
"Por sí solo, eliminar barreras arancelarias, culturizar a la población o incentivar la producción local, no resolverá esto. Lo que hay que ensayar es un esfuerzo conjunto", afirma Severo Sousa, presidente de este gremio, quien insiste en la revisión de las políticas fiscales y la reducción de las cargas tributarias de las pequeñas empresas y la clase media.
"Lo que hay que buscar es cómo aumentar la capacidad adquisitiva de esas personas. Un ajuste del Cálculo Alternativo del Impuesto sobre la Renta (CAIR) podría ayudar", acotó.
Al igual que Sousa, el investigador Miguel Ramos, de la Universidad de Panamá, cree que el aumento de precios que ha sufrido el país no solo tiene que ver con el ascenso del petróleo y el encarecimiento de los alimentos a nivel global, sino con el CAIR.
"Los empresarios le están traspasando esa carga tributaria al consumidor y eso se ha estado reflejando en los precios finales, aunque el MEF no lo quiera reconocer", afirmó.
El académico recomienda exonerar de impuesto sobre la renta o disminuir las tasas impositivas, al menos temporalmente, a las personas que ganan más de 800 dólares al mes, "para ayudarlos a enfrentar el alza del costo de la vida".
ESTANFLACIÓN
El premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz piensa que los mercados emergentes pueden estar a las puertas de un periodo de ‘estanflación’, similar al que el mundo vivió en los años de 1970. Esto implicaría la combinación de una alta inflación y un estancamiento económico o una contracción, lo cual complicaría aún más el horizonte del planeta en general y Panamá en particular.
Pero allí no acaban las malas noticias. El financista local José Abbo teme que las medidas tomadas recientemente por la Casa Blanca y la Reserva Federal de Estados Unidos, en lugar de mejorar el panorama mundial, fortalezcan la espiral inflacionaria global que está en pleno desarrollo. En definitiva, es hora de tomar medidas.
