Un bloque de 11 países del norte de Europa expresó sus dudas sobre la creación de un presupuesto común para la zona del euro, poniendo con ello en tela de juicio gran parte de un proyecto de reforma patrocinado por Alemania y Francia.
Existió una gran divergencia sobre la necesidad de una capacidad presupuestaria/fiscal de la zona euro en tanto muchos también aludieron a riesgos morales, así como a la neutralidad fiscal, dice la carta que obtuvo Bloomberg y que estaba dirigida al presidente del Eurogrupo, Mario Centeno.
Claramente no hubo consenso para comenzar a explorar opciones. La carta fue firmada por los ministros de Finanzas de los Países Bajos, Austria, Luxemburgo, Estonia, Irlanda, Bélgica, Letonia, Lituania y Finlandia, así como también por Suecia y Dinamarca, que no son miembros del euro.
La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Emmanuel Macron, establecieron un plan para fortalecer la moneda única que incluye un presupuesto de la zona del euro y para fortalecer el papel del Mecanismo Europeo de Estabilidad, el fondo de rescate de la zona del euro.
El acuerdo fue aclamado como un paso hacia superar las deficiencias estructurales del euro que puso al descubierto la crisis de la deuda soberana. Una reunión de jefes de finanzas celebrada en Luxemburgo ofreció la primera oportunidad para discutir el plan franco-alemán. El ministro de Finanzas alemán, Olaf Scholz, restó importancia a cualquier oposición considerándola simplemente como el inicio de un largo debate.
