Azafatas y ayudantes de vuelo de Air France cumplieron ayer la cuarta jornada consecutiva de paros, que ha obligado a la compañía a cancelar cerca de un tercio de sus vuelos, mientras el Gobierno se ha interesado por la situación.
El secretario de Estado de Transportes, Dominique Bussereau, acudió al aeropuerto parisino de Orly, donde dialogó con representantes de la compañía, sindicalistas y pasajeros, que son quienes padecen la anulación de vuelos, sobre todo de medio y largo alcance.
Bussereau ha pedido a la aerolínea que haga todo lo posible para informar a los pasajeros de la situación para hacer frente a sus quejas, ya que algunos han pasado la noche en los aeropuertos con la intención de tomar un vuelo al día siguiente.
Directivos de Air France y de los sindicatos con representación suspendieron ayer las negociaciones sin llegar a un acuerdo que ponga fin a la huelga convocada por éstos el pasado jueves y que está previsto que se prolongue hasta mañana.
Las discrepancias tienen que ver con las diferentes posiciones en materia de salarios y condiciones laborales para un futuro convenio colectivo.
Para las jornadas diarias Air France confía en cumplir con el 60% de los vuelos, después de que el sábado anuló 444 de las mil 263 rutas previstas.
