El Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) reabrió ayer su sucursal operativa en Tokio para dar inicio a una nueva etapa centrada en la creciente relación comercial de Japón con América Latina.
Tras siete años de pausa, en la que mantuvo una oficina de representación, el segundo banco de España se presenta en Japón como un banco europeo con una posición dominante en su "mercado natural", Latinoamérica, del que la banca japonesa es la gran ausente.
Fusionado con Argentaria y propietario de bancos desde México hasta Argentina, pasando por Colombia y Venezuela, el BBVA vuelve a Tokio dispuesto a entrar en operaciones de banca corporativa y de comercio exterior.
El presidente del BBVA, Francisco González, quien se desplazó a Tokio para la ceremonia de inauguración, dijo ayer en rueda de prensa que los objetivos a medio plazo no son numéricos, sino que apuntan a "crear una estrategia y una plataforma de contactos".
La sucursal operativa de Tokio, que tendrá 10 empleados, estará bajo la dirección de Alfredo Zamarriego, representante del BBV en esta capital desde que la entidad abandonó sus actividades en marzo de 1998 en medio de la crisis del mundo financiero nipón tras el estallido de la llamada burbuja económica.
Tras indicar que como sucursal del BBVA la oficina de Tokio no contará con un "capital específico", Zamarriego anotó que no competirá con la banca japonesa sino que le ofrecerá las ventajas competitivas de trabajar con una entidad que posee una amplia red de contactos en América Latina.

