El Banco Latinoamericano de Exportación (BLADEX), que funcionaba en el piso 32 de la torre 1 del World Trade Center, busca un nuevo lugar donde realizar sus actividades en Nueva York tras la destrucción de sus oficinas por el atentado de la semana pasada.
Por el momento, BLADEX funciona en las oficinas neoyorquinas de la sucursal del Banco de Crédito del Perú.
En un comunicado de prensa, esta institución lamenta los actos terroristas ocurridos el martes, 11 de septiembre, que dejaron en cenizas lo que fuera el corazón financiero de Estados Unidos.
Afortunadamente, sus 15 empleados resultaron ilesos tras el atentado del 11 de septiembre que provocó el desplome total de las torres gemelas.
Cinco empleados se encontraban en las oficinas de BLADEX cuando se produjo el ataque, mientras que el resto estaba en el perímetro para ingresar.
El mismo día de los atentados, BLADEX activó de forma inmediata el plan de contingencia que ha asegurado la continuidad del manejo y ejecución de todas las operaciones realizadas por las oficinas de Nueva York, dice el comunicado.
Por lo tanto, las operaciones de este banco, que tiene su sede principal en Panamá, continúan con toda normalidad.
El BLADEX, listado en la Bolsa de Nueva York, tiene unos 5 mil 900 millones de dólares en activos y realiza transferencias diarias por unos 100 millones de dólares.
Creado por los Bancos Centrales de América Latina y el Caribe, el BLADEX financia actividades de comercio exterior de esos países, canalizando capitales para promover el desarrollo y proveer soluciones integradas que alienten las exportaciones en la región.
Cuenta con la participación accionaria de 23 países de la región, representados por su banca central y comercial, pero también tiene como socios a bancos y corporaciones privados e instituciones financieras, entre ellos el Citibank y el Bank of Canada.
El distrito financiero de la Gran Manzana, el más poderoso del mundo, todavía parece una "zona de guerra", pero miles de personas se afanan por devolverle su antiguo rostro, según informan despachos internacionales de prensa.
Las fachadas de tiendas y edificios, tapizadas de polvo y cenizas a raíz de las explosiones y los derrumbes, eran limpiadas el fin de semana con potentes mangueras. Las compañías de teléfonos intentaban reconectar las líneas. Casi todas las empresas que operaban en el World Trade Center han reportado que la mayoría de sus empleados están desaparecidos

