Han pasado casi 12 meses desde que el mercado accionario de China vivió una brusca caída que eliminaría $5 mil millones de valor, y las acciones del país rara vez han mostrado tan poco brío.
En las últimas dos semanas, el Índice Compuesto de Shanghái no se apartó más de 51 puntos del nivel de 2,800. La volatilidad del índice es la más baja desde diciembre de 2014, mientras que el volumen de acciones negociadas se desplomó a niveles inferiores al pico del año pasado en más de un 80%.
El llamado “margin debt” (que representa las cuentas apalancadas para la compra de acciones), que impulsó el mercado alcista de 2015, cayó más de $213 millones en las bolsas de valores de China al decaer el interés de los inversores.
La atonía de la negociación encubre convulsiones en los mercados financieros del país en tanto se profundiza la desaceleración económica y las autoridades redoblan las medidas para impedir la salida de capitales. El aumento de los impagos de las empresas despierta preocupación por la magnitud de la carga de deuda de China, los precios de las materias primas se desploman al terminar otra fiebre especulativa, mientras que el yuan se encamina a sus bajas más abruptas del año. Si bien el apoyo estatal al mercado accionario limita las bajas del índice de referencia, RS Investment Management dice que las valuaciones costosas significan que hay pocos incentivos para ir tras las alzas.
“Todavía hay un múltiplo precio/ganancias artificialmente alto y hace falta que baje mientras el mercado de acciones A se adapta a los indicadores fundamentales”, dijo Tony Chu, gerente de cartera en Hong Kong de RS Investment Management, que administra unos $17 mil millones. “Es probable que la molestia continúe”.
Desde el 9 de mayo, el Índice Compuesto de Shanghái cierra entre 2,850.86 y 2,806.91, con un movimiento promedio diario de 0.4%.
