El primer banco portugués, el público Caixa Geral de Depósitos (CGD), suprimirá 2 mil 200 puestos de trabajo hasta 2020, aunque sin despidos directos, anunció ayer su expresidente, Antonio Domingues.
A finales de 2015 el banco tenía 16 mil empleados, cerca de la mitad en el extranjero. La supresión se hará a través de jubilaciones anticipadas o con trabajadores no reemplazados, indicó Domingues en una comparecencia ante el Parlamento.
Sin este plan de reestructuración, que también incluye un proceso de recapitalización, el banco “dejaría de ser viable a largo plazo”, dijo Domingues, que fue presidente entre agosto y diciembre de 2016.
El CDG sufrió una pérdida neta de 189.3 millones de euros (198 millones millones de dólares) en los 9 primeros meses de 2016 y espera volver a ser rentable este año, con unas previsiones de 200 millones (209 millones de dólares) de beneficio.
Domingues, que dimitió tras negarse a entregar su declaración patrimonial al tribunal constitucional, fue sustituido por Paulo Macedo, exministro de Sanidad y vicepresidente del consejo de administración de BCP, el segundo banco del país.
En agosto, la Comisión Europea dio su visto bueno para que la recapitalización del CGD pueda superar 5 mil millones de euros (5 mil 244 millones de dólares), 2 mil 700 millones de euros (2 mil 832 millones de dólares) de los cuales inyectados directamente por el Estado.

