Peter Kisler dice que una de las mejores apuestas en la deuda de los mercados emergentes es un país castigado por una inflación de cuatro dígitos, una moneda que se hunde, severas sanciones y meses de pagos atrasados.
En un mundo de valoraciones elevadas, el gestor de fondos de cobertura de North Asset Management favorece algunos de los bonos más bajos del mundo, la deuda de Venezuela y su compañía petrolera estatal.
Su argumento es que, dado que algunos bonos se cotizan a tan solo 20 centésimos por dólar y muchos de ellos están en situación de incumplimiento, la única opción que tienen es subir.
Es una opinión que comparte con firmas como Morgan Stanley, Nomura Securities International Inc. y Stifel Nicolaus & Co., que han argumentado que los bonos podrían producir una ganancia inesperada cuando el presidente Nicolás Maduro finalmente sea expulsado y un nuevo gobierno llegue a un acuerdo de reestructuración con los acreedores.
El cambio podría producirse ya en la elección presidencial que el gobierno fijó para abril, pero incluso si la oposición no logra reunir suficiente apoyo para obtener una victoria, Kisler piensa que la salida de Maduro es solo cuestión de tiempo.
Si Maduro alguna vez se va, estos bonos podrían duplicarse o subir incluso más, dijo el administrador de fondos desde Londres.
“Es probable que Maduro gane, pero aún hay posibilidades de una sorpresa”, indicó. El derrocamiento de Maduro sería definitivamente una sorpresa para la mayoría de los observadores de Venezuela, que dicen que las medidas del presidente para prohibir que sus rivales más prominentes se postulen a la presidencia y su dominio sobre los medios de comunicación locales hacen improbable una derrota en las urnas.
