No hace calor. El sopor pegajoso del aire se desvaneció al subir por la carretera desde David (Chiriquí). El pueblo de Boquete se levanta apacible a un costado de la falda del volcán Barú, el punto más alto y famoso de Panamá. El pueblo dejó, hace tiempo, de ser el refugio de personas en busca de tranquilidad y aire puro. Hoy el auge inmobiliario llegó, se quedó, y la transformó.
Y con el auge inmobiliario también llegaron los millones. Y los millonarios. Ahora cada metro cuadrado se cotiza en oro. Los antiguos propietarios de las tierras -en su mayoría campesinos, hijos de padres que llegaron hace décadas para dedicarse a trabajar la tierra- de la noche a la mañana amanecen con abultadas cuentas bancarias.
La última “gran venta” la realizó Juan Rodríguez Jiménez y sus hermanos, dueños por herencia de una finca de unas 900 hectáreas atravesada por ríos, quebradas, ondulaciones y una vegetación exuberante. La finca, llamada “Las Huacas”, está ubicada en Alto Boquete, a sólo 10 minutos del pueblo, y fue vendida en 5 millones de dólares. La operación se realizó en dos etapas: el 8 de septiembre de 2006 los compradores pagaron 4 millones de dólares, mientras que el 9 de febrero de 2007 abonaron el millón restante.
¿Los nuevos dueños? El empresario publicitario Antonio Fernández, padre de la primera dama Vivian Fernández de Torrijos y más conocido por su nombre artístico: Tony Fergo. Según el Registro Público, Fergo compró la finca -con número 361- a través de la sociedad Desarrollo de Boquete, S.A. que también integran su hijo Marco Fernández, su mujer Hilda Bello y su yerno Enrique Rohrmoser, casado con su hija Germma Fernández.
La idea del publicista es desarrollar una gran ciudad privada para clientes exclusivos. Para poder concretar la operación, Fergo recibió el 28 de diciembre de 2006 un préstamo al Global Bank Corporation por 3 millones y medio de dólares. Y se comprometió a pagar, por mes, casi 50 mil dólares, según el Registro Público.
El dinero restante para comprar la tierra lo pagó en efectivo: un millón y medio de dólares. A partir de junio de 2007, sin embargo, Fergo fue cancelando parte del crédito con el Global Bank Corporation y liberando fracciones de la finca hipotecada. Primero liberó 175 hectáreas y luego otras 65.
Los nuevos lotes, segregados de la finca original, se inscribieron a nombre de dos sociedades: Grupo Troik, S.A. y Hatoasis, S.A. En los directorios de esas sociedades también figura Fergo y distintos miembros de su familia. Incluso, hasta el 10 de abril de 2007, en Hatoasis, S. A. la primera dama Fernández de Torrijos ocupaba el cargo de tesorera y directora.
Para avanzar en el negocio inmobiliario, Fergo sumó a tres socios que no ocupan ningún cargo directivo en las empresas dueñas de la finca: el ex ministro de la Presidencia Ubaldino Real, el empresario Félix Maduro y el abogado Alejandro Watson. Así lo confirmó el propio Fergo en diálogo con La Prensa.
La liberación parcial del crédito obedeció -según Fergo- a una estrategia de dividir la finca original de unas 900 hectáreas en 9 lotes independientes para ser vendidos en forma separada. Fergo aclaró, no obstante, que él y sus socios conservan dos lotes. “Estoy muy orgulloso de la finca, vamos a hacer un gran desarrollo inmobiliario que lanzaremos a fin de año”, dijo.
El plan maestro del proyecto incluye varios complejos de lujo cerrados, un centro comercial de 10 hectáreas, hoteles, senderos para caminar y montar bicicleta y hasta una universidad internacional propia en la que se enseñará ecología y medio ambiente.
Según Rodrigo De las Casas y Colón De las Casas –arquitectos del proyecto- la construcción se dará en sintonía con el medio ambiente. “Se van a crear grandes corredores de bosques para garantizar la protección del medio ambiente”, dijo Rodrigo De las Casas. Y agregó que la construcción dentro de los lotes sólo podrá ocupar el 30% de los mismos. “El proyecto está pensado para personas que están conscientes del cambio climático”, detalló.
Si bien aún no se levantó ningún edificio, Desarrollo de Boquete, S. A. presentó en mayo pasado a la Autoridad Nacional del Ambiente el estudio de impacto ambiental para construir una carretera dentro de la finca sobre un camino público de tierra existente. Tendrá una longitud de dos kilómetros y costará, solo la carretera, un millón 13 mil dólares. “Todo el dinero es mío y de los socios que entraron después”, dijo Fergo.
‘ Las acciones están a mi nombre’
“Lo llamo para hablar de mi finca; nos podríamos reunir el lunes próximo”. La voz del empresario Tony Fergo se escucha del otro lado del teléfono. Fue el 16 de julio, justo cuando La Prensa recién terminaba de recolectar los datos en Boquete y se dirigía a David por la ruta que une a ambos lugares. “El 100% de las acciones está a mi nombre”, dice Fergo durante la reunión con este diario, realizada cinco días después de la primera llamada.
El anterior dueño de la finca Las Huacas, Juan Rodríguez Jiménez, tiene una versión más detallada de la historia. “Hubo negociaciones con diferentes personas; esa finca es muy grande”, dijo. Y agregó que los dueños son “al menos 10”. “Son muchas tierras, eso es demasiado grande”, insistió. Por la venta de su parte, Rodríguez Jiménez -quien dijo estar conforme con la operación- cobró un millón de dólares.
Para asegurarse la compra , Fergo entregó meses antes de firmar los documentos de traspaso, 400 mil dólares a los hermanos. Aparte de Desarrollo de Boquete, S.A., hay otros proyectos que se construyen en los alrededores del pueblo: Valle Escondido (terminado), Boquete Country Club y Cielo Paraíso, entre otros.





