Dos de los principales líderes de la izquierda moderada latinoamericana, los presidentes de Brasil y Chile, se comprometerían el domingo a llevar a cabo inversión y cooperación en Bolivia durante una visita orientada a reforzar los lazos con esa nación.
Durante décadas, Chile no ha tenido relaciones diplomáticas plenas con su vecino más pobre, pero los lazos se han distendido desde que la mandataria chilena, Michelle Bachelet, y el presidente boliviano, Evo Morales, asumieron sus respectivos cargos el año pasado.
La visita del presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, busca asegurar el suministro de gas natural boliviano y reducir la influencia de Venezuela, dicen diplomáticos.
Morales, Bachelet y Lula firmaron ayer, domingo, un acuerdo para construir una carretera que unirá a sus países desde la costa atlántica de Brasil pasando por Bolivia hasta llegar a los puertos del Pacífico chileno, reportó la agencia de noticias estatal ABI, en un intento por aumentar el comercio. El viaje de Bachelet es uno de los pocos que ha realizado un jefe de Estado chileno a Bolivia en las últimas décadas, debido a un amargo conflicto derivado de una guerra librada en el siglo XIX, en la que Bolivia perdió su acceso al océano Pacífico.El sentimiento antichileno continúa fuerte en Bolivia y un presidente fue derrocado hace cuatro años debido a un plan para exportar gas natural a través de los puertos chilenos. Las relaciones entre Bolivia y Brasil se vieron afectadas cuando Morales nacionalizó la industria energética en mayo de 2006. La medida irritó a la compañía de energía estatal brasileña Petrobras, el mayor inversionista en gas natural boliviano. La compañía brasileña congeló la inversión planeada luego de la nacionalización, pero durante la vista de dos días de Lula se anunciará un proyecto de 750 millones de dólares para subir la producción de gas.
Petrobras también planea estudiar operaciones de exploración conjunta con la compañía de energía estatal boliviana YPFB. En una entrevista con el diario boliviano La Prensa, Lula dijo que el proyecto aumentaría la producción en unos ocho millones de metros cúbicos al día dentro de cuatro a cinco años. En la actualidad, Brasil importa hasta 30 millones de metros cúbicos diarios. "Las inversiones se harán de una manera gradual y estas no representan todo lo que Petrobras podría hacer en Bolivia en los próximos años", dijo Lula, según la edición dominical del diario boliviano.
