Febrero-octubre 1997
El Parlamento Europeo hace un llamado a la Comisión Europea para suspender la venta de maíz transgénico de la empresa Novartis, que contiene genes de resistencia a antibióticos.
Austria, Luxemburgo y Francia prohíben el cultivo y el comercio de maíz y sus derivados de maíz transgénico, con genes de resistencia a los antibióticos.
Noruega prohíbe el cultivo de cualquier producto con genes de resistencia a antibióticos.
Septiembre-noviembre 1998
El Comité Social y Económico de la Unión Europea recomienda como medida de precaución, para proteger el ambiente y la salud, que los genes de resistencia a los antibióticos no se usen para transformación genética de organismos que serán liberados en el ambiente.
El Gobierno inglés anuncia una moratoria de tres años para el cultivo de plantas con genes de resistencia a insectos.
El Gobierno francés prohíbe la importación y el cultivo de variedades de colza transgénica por la presencia de parientes silvestres en Europa.
Enero-abril 1999
El Parlamento Europeo decide incluir reglas estrictas de responsabilidad y pago de indemnización por parte de las compañías interesadas en la liberación de organismos transgénicos al ambiente.
Brasil decide solicitar el etiquetado de los productos derivados de transgénicos y se declara la región de Río Grande del Sur -principal estado productor de soya-, libre de soya transgénica.
Canadá confirma su negativa al uso de la hormona de crecimiento para vacas, producto de la ingeniería genética, por el daño que produce en la salud de las mismas. En México se aprobó la venta de esta hormona en 1991.
Fuente: Greenpeace