En medio de la conferencia de prensa del presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, en mayo en Bruselas, el euro subió hasta su nivel más alto durante su gestión. Posteriormente, dijo que el BCE estaba dispuesto a introducir más medidas de estímulo, embarcando al euro en una caída que para los estrategas se ampliará en 2015.
La moneda común europea, que alcanzó un máximo de $1.399 ese día de mayo, terminó el año pasado un 12% más abajo respecto del dólar en $1.209, su mayor pérdida desde 2005.
Los estrategas, que fueron demasiado tímidos en su reclamo de una caída en 2014 hasta $1.28, ahora ven una caída hasta $1.18 para finales de este año.
Un euro más débil es clave para Draghi en su intento de promover la tambaleante economía de la región y evitar la deflación. Esta semana, el economista principal del BCE, Peter Praet, dijo al diario alemán Boersen-Zeitung que la amenaza de una caída en los precios al consumidor está creciendo, lo cual impulsa versiones de que los diseñadores de la política implementarán pronto acciones que tienden a pesar sobre una moneda, como comprar bonos.
“El consenso a la baja para el euro costó mucho durante el primer semestre del año, pero dio resultado en tanto el BCE hizo bajar las tasas”, dijo Kit Juckes, estratego global en Société Générale SA de Londres. “Lo mejor que el BCE puede tratar de hacer es generar un euro aún más débil”.
Juckes pronostica que el euro caerá hasta $1.14 a fin de año, un nivel que se vio por última vez en 2003.
En tanto la inflación languidece por debajo de la meta del BCE de apenas menos de 2% y la perspectiva del mercado para los precios al consumidor se desmorona con las caídas de los precios del petróleo, más de 90% de los encuestados en una consulta mensual de Bloomberg en diciembre predijeron que el BCE ampliará la oferta de euros comenzando a comprar bonos soberanos en 2015. Esto representa un aumento respecto del 57% el mes anterior.

