La caída de más del 20% de la cotización del cobre desde junio preocupa a los actores del mercado, que ven en el metal rojo un indicador importante del crecimiento mundial.
Esta utilización del cobre para diagnosticar el estado de la economía le vale al metal el mote de “Dr. Copper” .
La excepcional conductividad del cobre lo hace omnipresente en la industria. Los trenes, los aviones y los autos están llenos de cobre, igual que las casas o los electrodomésticos, enumera Russ Mould, analista de AJ Bell, en una nota.
Resultado: es difícil imaginar un crecimiento mundial sin cobre, y el precio del mercado refleja esas fluctuaciones de la demanda.
Economistas del Banco de Inglaterra (BoE), que escruta el crecimiento mundial para fijar la política monetaria de Reino Unido, reconocieron en un artículo que era crucial usar otros indicadores, además de las cifras de crecimiento oficiales, para evaluar la economía mundial en tiempo real, y que los precios de los metales podían desempeñar ese papel.
Según la BoE, el alza de los precios de los metales en 2017 reflejó un crecimiento de la economía mundial que sorprendió a las instituciones, mientras que el FMI o varios bancos esperaban resultados menos buenos.
Más inquietante es que los precios del cobre cayeron durante la crisis económica de 2008, recordó en una nota Andrew Kenningham, analista de Capital Economics, que considera que “si persiste la debilidad de los precios (del cobre), habrá que inquietarse”.
Sin embargo, la cotización del cobre no es un barómetro absoluto, ya que el metal obedece también a factores que le son propios.
Las cotizaciones del cobre están dictadas por la demanda, pero también por los choques sobre la oferta, y por factores de tipo de cambio de divisas, enumera Kenningham.
Como el precio del cobre está fijado en dólares en el mercado mundial, cuando caen la moneda china o de los países emergentes, muy dependientes del metal rojo, el poder de adquisición de los industriales se ve afectado y ello tiene consecuencias en la cotización.
El miércoles cayeron los mercados de acciones y de materias primas, debido a tensiones comerciales y a la caída de monedas emergentes ante el dólar.

