El presidente Felipe Calderón reconoció a los diputados y senadores que aprobaron una reforma al sistema de pensiones de los trabajadores del Estado, y aseguró que las modificaciones permitirán garantizar el retiro de los jubilados.
"Este es un primer paso fundamental en la agenda de cambios urgentes que necesita México, una reforma que es la más importante en más de una década para el país", dijo el mandatario desde el puerto turístico de Acapulco sobre una norma que ha causado el enojo de sindicalistas y los ha llevado a manifestarse masivamente.
Luego de que el martes fue aprobada en lo general, el senado realizó el miércoles una votación sobre artículos particulares y ratificó por completo la reforma a la Ley del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (Issste), que la semana pasada había sido avalada por la Cámara de Diputados.
La ley fue enviada al Ejecutivo para su promulgación. Miles de sindicalistas y maestros marcharon la víspera en calles de la capital para protestar por la reforma, justo cuando el senado la discutía.
La norma estipula la creación de cuentas individuales para el retiro que sustituyan al fondo común actual, aumentar gradualmente la edad de retiro y la contribución de los trabajadores, incluidos burócratas y maestros.
Legisladores izquierdistas, que consideran que Calderón llegó a la presidencia mediante un fraude, se opusieron. La modificación a la ley del Issste es la primera gran reforma impulsada por el gobierno de Calderón, quien dijo que es una muestra de lo que se puede hacer cuando se ponen por encima de los intereses particulares los de la nación.
"Es una reforma que no solo beneficia al Issste porque lo salva de la quiebra, sino que garantiza las pensiones de los jubilados, protege los derechos de los trabajadores en activo y, sobre todo, le da viabilidad financiera a futuro al Estado mexicano", aseguró Calderón. El Gobierno ha dicho que el Issste no tiene la suficiente capacidad financiera para atender las necesidades de sus 2.8 millones de asegurados y pensionados.
Una de las razones de la deteriorada situación financiera del Issste es la reducción del número de trabajadores activos que contribuyen para la pensión de cada empleado federal retirado. La reforma establece aumentar gradualmente la edad de jubilación de 50 a 60 años para hombres y de 48 a 58 años para mujeres, a partir del 2010.
