Casi de la nada, Canadá se ha convertido en una de las economías de más rápido crecimiento del mundo desarrollado. La nación productora de petróleo, que tuvo graves dificultades con la caída de los precios del crudo en los últimos dos años, creció a un ritmo anualizado de casi 4% en el primer trimestre, según las últimas estimaciones más recientes del Banco de Canadá.
Ninguna otra economía del Grupo de los Siete se acerca a ese ritmo. Para todo 2017, el banco central proyecta un crecimiento del 2.6%, lo que pondría a la economía en el primer puesto de la escala de crecimiento de los países ricos.
Sin embargo, incluso con la economía marchando a todo vapor, impera la cautela. El dólar canadiense ha tenido un desempeño moderado pese a las sólidas cifras económicas.
Durante una reunión de fijación de tasas de la semana pasada en Ottawa, el banco central de Canadá revisó al alza las proyecciones de crecimiento para 2017, pero las rebajó para 2018.
También planteó preguntas sobre la sostenibilidad del repunte y las perspectivas de crecimiento a largo plazo del país. El Banco de Canadá recibe con agrado la reciente solidez de los datos económicos y quiere ver más de ella con el fin de estar más seguro de que el crecimiento se asienta en una base firme, dijo la vicegobernadora sénior Carolyn Wilkins.

