Companhia Energetica de Minas Gerais, Cemig, la endeudada empresa de energía brasileña, busca mantener el control sobre cuatro plantas hidroeléctricas en una subasta programada para mañana.
La empresa estatal se unirá al gigante minero de Brasil Vale, S.A. para presentar ofertas a través de su empresa conjunta, Aliança Geração de Energia, según el presidente ejecutivo de Cemig, Bernardo Salomao de Alvarenga.
Cemig ya opera las cuatro plantas y la subasta sigue a meses de disputas legales mientras trabajaba para renovar las licencias de operación para tres de ellos.
Aunque la empresa de servicios públicos afirmó que tenía derecho a prorrogar los plazos por 20 años, el Gobierno rechazó la demanda y en su lugar espera recaudar hasta $3 mil 500 millones vendiéndolas.
“Cemig no puede ir sola a la subasta ya que se encuentra en una situación financiera crítica”, dijo Alvarenga en una entrevista telefónica desde Belo Horizonte.
“Aliança es financieramente fuerte y puede obtener fondos sin ningún problema, así que si gana algunas plantas hidroeléctricas en la subasta, mantendremos al menos una participación en ella”.
Cemig controla una participación de 45% en Aliança, mientras que Vale tiene un 55%. Brasil subastará mañana las centrales de Sao Simao, Jaguara, Miranda y Volta Grande, que tienen una capacidad total de 3 gigavatios y representan más de 40% de los ingresos de Cemig en generación de energía.
Cemig ha luchado para mantener las centrales eléctricas. Acudió a los tribunales varias veces para renovar las licencias, y luego propuso una posesión conjunta con el gobierno federal.
La empresa solicitó a la Corte Suprema la semana pasada que pospusiera la subasta por 15 días para ganar más tiempo para negociar con el gobierno, según Alvarenga. “Todavía es posible que haya algunas vueltas y vueltas en la subasta”, dijo Henrique Peretti, analista de servicios públicos en Latinoamérica para JPMorgan Chase & Co.

