El Banco Central de Chile ajustó ayer su estimación de crecimiento de la economía de este año a un rango de 1.5% a 2.0% y recortó levemente su cálculo de inflación, en medio del bajo dinamismo de la demanda interna y una política monetaria que permanecería estable.
En un informe trimestral ante el Congreso, el presidente del organismo, Rodrigo Vergara, elevó el piso del rango previsto de expansión de la economía -previamente de 1.25% a 2.0%-y estimó un crecimiento de entre 1.75% y 2.75% en 2017.
“Las proyecciones para este año y el próximo permanecen prácticamente inalteradas”, dijo el informe de la entidad.
El menor dinamismo de la economía, sumado a un descenso en el ritmo del ingreso salarial y el gasto fiscal, junto con una escasa inversión privada, se ha reflejado en un retroceso de la inflación a una velocidad mayor a la prevista.
Así, la entidad redujo la estimación de inflación de este año a un 3.5% desde el anterior 3.6%, acercándose más al medio del rango de tolerancia del Banco Central de 2% a 4%. Para el próximo año, proyectó un nivel de 3.1%.
“Hacia adelante se sigue esperando que la inflación disminuya, con convergencia a 3%, que será algo más rápida que lo previsto en junio”, dijo el organismo rector. En medio de este panorama, el ente rector dejó estable en agosto la tasa de política monetaria (TPM) en 3.5% y decidió quitar el sesgo restrictivo para entrar en una fase neutral, debido a la moderación de la inflación.
“No se advierte la necesidad de nuevos incrementos de la TPM en el horizonte de política”, dijo el Banco Central, aunque reafirmó que eventuales ajustes serán contingentes a los efectos de nueva información sobre la dinámica de la inflación.

