SANTIAGO DE CHILE (EFE). El Gobierno chileno no descartó ayer impulsar la privatización de algunas empresas estatales, aunque precisó que por ahora este tema no está incluido en la agenda económica del país.
En este estricto momento no es un asunto que haya sido debatido en profundidad (...), lo que no significa que no pueda estarlo en el futuro, afirmó el ministro portavoz de Gobierno, Heraldo Muñoz, a un grupo de periodistas.
Varios parlamentarios oficialistas formularon el martes una propuesta al Gobierno del socialista Ricardo Lagos para que Chile retome las tasas de crecimiento de entre 6% y 7%, que tuvo en la década de los noventa.
Dicha propuesta incluye la privatización de las públicas Empresa Nacional del Petróleo (ENAP), la Empresa Nacional de Minería (ENAMI) y algunas compañías de agua potable.
La privatización es un tema que nunca se puede descartar. Es una materia que no se puede dejar de abordar, pero debe hacerse sin dogmas ni ideologías, subrayó el ministro Muñoz.
Aunque aseguró que ni siquiera a largo plazo el Gobierno impulsará la privatización de la Corporación Nacional del Cobre (CODELCO), el mayor productor de cobre del mundo, recordó que en el Gobierno de Lionel Jospin se privatizó la empresa aeroespacial de Francia.
Si eso ocurrió en un gobierno de izquierda nunca se puede descartar aplicar una política de privatizaciones, destacó el portavoz del Gobierno .
El ministro de Economía, Jorge Rodríguez, coincidió con Heraldo Muñoz, aunque opinó que las privatizaciones no tienen ningún efecto reactivador en la economía, porque, resaltó, sólo implican un traspaso de propiedad.
Los partidos de derecha y las principales patronales del país siempre han insistido en la necesidad de que el Gobierno adopte una política de privatizaciones de empresas estatales, posibilidad que el presidente Ricardo Lagos siempre ha rechazado.
Sin embargo, la ofensiva a favor de las privatizaciones se ha intensificado, en momentos en que diferentes sectores del país concuerdan en la necesidad de llegar a una propuesta común para reactivar la economía.
La economía chilena ha mantenido un bajo ritmo desde la crisis financiera de 1998 y 1999, caracterizado por un estancamiento de la demanda, que no se ha reactivado pese a sucesivas rebajas de la tasa de interés interbancaria y otras medidas orientadas a la apertura del mercado.
El crecimiento económico de Chile fue del 2,8 por ciento el año pasado y para este año la previsión oficial, después de tres revisiones a la baja, es de entre el tres y 2,5 por ciento, aunque muchos analistas apuntan a una expansión no superior al 2,3 por ciento.
El desempleo, que se ha resistido a ceder, es del 9.4 por ciento, lo que significa unos 551,690 desempleados, mientras la inflación fue del 0.4 por ciento en agosto pasado.
