La empresa Codere, con sede en España, ofertó 38 millones de dólares por el 63% de las acciones que tiene la empresa Thunderbird Resort en las operaciones de Fiesta Casino Panamá. La operación puede ser aprobada la próxima semana por la Junta de Control de Juegos (JCJ), confirmaron fuentes oficiales.
Tras la transacción se pudo conocer que Thunderbird, a cargo del empresario estadounidense Jack Mitchell, llegó a un acuerdo con los acreedores locales en el que prometió utilizar los 38 millones de dólares que recibirá en esta venta para cancelarles el 100% de su deuda. Esto incluye los 17 millones de dólares adeudados a Banvivienda y Metro Bank, y el resto para los acreedores independientes.
Thunderbird se quedará solo con sus operaciones en el exterior que abarcan casinos en Costa Rica, Guatemala, Nicaragua, Filipinas y Perú. Mientras que Codere, operador de la marca Crown Casinos en Panamá, asume el riesgo de recuperar esta nueva inversión de 38 millones de dólares en siete años, que es el tiempo de vida que le queda a la concesión con la que la marca Fiesta Casino Panamá opera sus siete salas de casinos completos en el país. “Esto [la concesión] se podría renovar, pero no es nada seguro en el futuro”, comentó una fuente vinculada a la transacción.
Se conoció que Codere se resistió a comprar la participación de los accionistas locales de Fiesta Casino porque con la porción adquirida a Thunderbird tendrían mayoría suficiente para controlar y operar el negocio de suerte y azar.
Entre los accionistas locales de Fiesta Casino que tendrán que convivir con el nuevo socio mayoritario (Codere) quedan: el grupo Harari, Roberto Tzanetatos, Juan Raúl de la Guardia y Larry Berguer, entre otros.
En septiembre del año pasado, se conoció que Thunderbird Resort había acumulado 46.2 millones de dólares en pérdidas debido al fracaso de sus inversiones en nuevos mercados como Perú, Guatemala, Polonia e India.
Para ese momento, la compañía tenía 112 millones de dólares en préstamos y bonos adquiridos en el exterior y en Panamá. Tras ello, la Dirección General de Ingresos y la JCJ intervinieron las operaciones de Fiesta Casino y le cautelaron cuentas por 3.7 millones de dólares.
Las salas de máquinas tragamonedas, mesas de juego y bingos, que incluyen a los casinos completos, mueven apuestas brutas por más de mil millones de dólares anuales en Panamá. Solo en los dos primeros meses de este año estas apuestas ascendieron a $190 millones.

