La Exposición Universal de Shanghai, que se inaugura hoy, acumula las cifras récord de la historia para un evento de este tipo, entre las que destacan la mayor inversión económica, la mayor superficie de muestra y la mayor cantidad de países y organizaciones implicadas.
El Gobierno chino hizo públicos los números oficiales, que indican una inversión de 4 mil 200 millones de dólares, una cifra que se compara con el presupuesto de infraestructura destinado a los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 y convierte a la de Shanghai en la Expo más cara de la historia.
Sin embargo, la propia prensa china, siempre afín y controlada por el régimen comunista, se permitió sugerir que el coste real asciende a una cifra cercana a los 58 mil millones de dólares.
Así, entre otros conceptos, las autoridades de Shanghai han invertido 45 mil millones de dólares en mejorar las infraestructuras, como la red de Metro, que se ha convertido en una de las más amplias del mundo, y la nueva terminal del aeropuerto de Hongqiao, recientemente inaugurada.
Además, también destinaron 150 millones de dólares en instalaciones relacionadas con las tecnologías de la información e internet.
Cuando fue elegida en 2002, China -actualmente la tercera potencia económica mundial, muy cerca de Japón, que es la segunda- calculó que el impacto económico de la Expo en Shanghai sería equivalente al 0.6% del producto interno del país, superando de largo la aportación de los juegos olímpicos, que cuantificó en un incremento del 0.3%.
Sin embargo, a pesar de los cálculos, el gigante asiático ha evitado estimar si el acontecimiento, que se alargará desde hoy y hasta el 31 de octubre, terminará en números verdes o rojos.
La historia indica que las Exposiciones Universales son siempre eventos deficitarios (Hannover 2000 llegó a acumular pérdidas por valor de mil 100 millones de dólares), que requieren una gran inversión y con ingresos magros, que ni los patrocinios ni la venta de entradas a los visitantes pueden compensar.
También en este sentido destaca la metrópoli china, ya que las previsiones alcanzan los 70 millones de visitantes (de los cuales tres millones y medio serían extranjeros), es decir, más de 380 mil personas diarias.
Si se cumple, Shanghai sería de largo la Exposición Universal más concurrida de la historia, un honor que hasta la fecha ostenta la de Montreal (Canadá) en 1967, que congregó a 50 millones de visitantes.
La importancia de la cita también se demuestra con los patrocinadores, cuya aportación es secreta, pero que incluye nombres como Coca-Cola, Siemens, General Motors y China Mobile, la operadora de telecomunicaciones con más clientes del mundo, casi 500 millones de personas.
La ciudad china abre las puertas al mayor recinto de la historia (5.28 km cuadrados) y deja atrás a cualquier otra Expo e incluye invitados hasta ahora inéditos.
