El principal juicio sobre el colapso que sufrió el gigante alimenticio italiano Parmalat en 2003, uno de los mayores escándalos financieros de Europa, comenzó ayer, un proceso en el que 56 acusados enfrentarán una variedad de cargos y que puede durar años.
Parmalat, más conocida antes de la crisis por su leche de larga vida, sucumbió hace cuatro años bajo un agujero financiero de 14 mil millones de euros (22 mil millones de dólares) en sus cuentas, con el que se esfumaron los ahorros de miles de pequeños inversionistas.
El fundador de Parmalat, Calisto Tanzi, y el ex presidente financiero Fausto Tonna están entre los ejecutivos que enfrentarán acusaciones de quiebra fraudulenta y cargos criminales por conspiración.
Si son encontrados culpables, podrían ser sentenciados a 15 años en prisión. Los ex principales ejecutivos de Parmalat han negado haber cometido ilegalidades y acusaron a los bancos. Al momento se encuentran en curso juicios en Milán, la capital financiera italiana, que involucran a ex ejecutivos de la compañía, banqueros y auditores, pero el caso que comenzó ayer es el más importante debido a que implica la posibilidad de fuertes penas.
El juicio se desarrollará en un enorme centro de convenciones, para recibir a los cientos de furiosos pequeños inversionistas.
Los acusadores y la defensa han llamado a unas 34 mil personas en calidad de testigos, por lo que se espera que el proceso dure por lo menos dos o tres años. "La duración (del juicio) será larga, tenemos la expectativa de que hayan acuerdos", dijo el abogado Carlo Federico Grosso, que representa a 32 mil cuentahabientes. "Obtener una sentencia es una cosa, conseguir el dinero de vuelta es otra", añadió.
La crisis de Parmalat estalló en diciembre de 2003, cuando admitió que no existía una cuenta con 4 mil millones de euros de una unidad en Islas Caimanes, lo que obligó a la gerencia a buscar la protección por bancarrota y desató una investigación por fraude.

