El Tribunal General de la Unión Europea (UE) confirmó las restricciones de uso impuestas en 2013 a tres neonicotinoides, insecticidas considerados nocivos para las abejas, que habían sido impugnados por los fabricantes Bayer y Syngenta.
Sin esperar esta decisión de la justicia europea, la UE ya había decidido a finales de abril extender esta primera prohibición -centrada en tres sustancias: clotianidina, tiametoxam e imidacloprid- a todos los cultivos a cielo abierto y no únicamente a los de invernadero.
En 2013, la UE impuso en un primer momento restricciones de uso. Los dos gigantes de los pesticidas, cuyos productos se veían directamente afectados, el suizo Syngenta y el alemán Bayer, pedían la anulación de esta decisión.
