La publicación en estos días de los salarios de los directivos de las grandes compañías suizas ha encendido las críticas, después de que las pérdidas de los dos principales bancos por la crisis hipotecaria en Estados Unidos (EU) demostrara que altas remuneraciones no son siempre sinónimo de buena gestión.
Entre los directivos mejor pagados de Suiza se encuentra el presidente de la farmacéutica Roche, Franz Humer, que ingresó 21.6 millones de francos suizos (unos 13.5 millones de euros, u 8.5 millones de dólares) en el ejercicio 2007.
Humer adelantó así a su homólogo en Novartis, Daniel Vasella, quien sufrió una disminución de su remuneración, que fue de 17 millones de francos (unos 10.6 millones de euros, cerca 6 millones de dólares), frente a los 21 millones que había ganado en 2006.
Peter Brabeck, presidente del gigante Nestlé, ganó el año pasado 17.4 millones de francos (unos 10.9 millones de euros), 3.4 millones más que el ejercicio precedente, mientras que el hasta hace poco presidente de la tecnológica ABB, Fred Kindle, recibió 10 millones de francos (unos 6.2 millones de euros).
Representantes de asociaciones de pequeños accionistas han coincidido en que estadísticamente no está demostrado que exista una relación entre altos salarios y desempeño eficiente de las compañías.
Una nueva ley obliga a partir de este año a las firmas a revelar el salario de cada integrante de su consejo de administración y precisar la remuneración del miembro de la dirección o consejero mejor pagado.
En función de esa norma, el informe de actividades de UBS reveló que el salario de su presidente, Marcel Ospel, había caído el 90% en 2007, periodo en el que "solo" ganó 2 millones de francos, más los 600 mil francos destinados a su fondo de pensiones.
UBS ha resultado uno de los bancos más afectados por la crisis de hipotecas en EU que le llevó a perder 2 mil 700 millones de euros el año pasado y a realizar depreciaciones de activos por alrededor de 20 mil millones de dólares.
Ante la gravedad de esa situación, el directorio y el consejo de administración renunció al bono que entrega anualmente el banco a toda su plantilla y que permitió, por ejemplo, que Ospel ganara 26.6 millones de francos (16.7 millones de euros) en 2006.
En cambio, el informe de actividades de Credit Suisse revela que sus responsables no renunciaron a su bono, aunque su remuneración fue menor en 2007.
