La travesía del petrolero Monte Toledo de Irán a Europa con un cargamento de 1 millón de barriles de crudo tardó tan solo 17 días y transcurrió sin incidentes, pero el viaje llevaba fraguándose cuatro años.
El buque cisterna fue el primero en entregar crudo iraní a Europa desde mediados de 2012, cuando Bruselas impuso un embargo al petróleo del país para presionarlo a negociar el fin de su programa nuclear. La prohibición se retiró en enero en el marco de un acuerdo más amplio que levantaba una década de sanciones.
El tanque de unos 275 metros de longitud comenzó a descargar el crudo en una refinería de Cía. Española de Petróleos, cerca de Algeciras, a unos kilómetros de Gibraltar. En el sur de España, la llegada del petrolero no fue motivo de celebraciones. Era un día tranquilo en la refinería y para sus trabajadores el Monte Toledo es uno más entre los ocho buques que esperan recibir este mes. Para cuando se haya descargado todo el crudo iraní, otro buque procedente de Argelia estará esperando.
Sin embargo, el acontecimiento tiene una significación mayor. Mientras el Monte Toledo comenzaba a bombear el petróleo a tierra el presidente iraní declaraba en Teherán que se sumarán pronto nuevas exportaciones de crudo.

