El ministro de Economía, Luis de Guindos, fue cuestionado por las Cortes Generales sobre la crisis del Banco Popular Español, S.A. en un momento en el que aspira a obtener un cargo internacional importante.
De Guindos, de 57 años, ha promovido su experiencia como tecnócrata de la eurozona y ha ganado el favor del ministro de Finanzas alemán Wolfgang Schaeuble ahora que la vicepresidencia del Banco Central Europeo quedará vacante el próximo año.
Pero el colapso de la noche a la mañana del sexto mayor banco de España la semana pasada es una mancha en el currículum del funcionario español.
Los diputados interrogaron a De Guindos sobre por qué las repetidas pruebas de resistencia no revelaron la frágil situación de Popular.
Se le preguntó acerca de la necesidad de entregar el banco a su rival Banco Santander, S.A. en una venta de emergencia por un euro y por qué respaldó reiteradamente la salud financiera de Popular. De Guindos defendió el proceso diciendo que el rescate de Popular fue un éxito, ya que no se gastaron fondos de los contribuyentes en salvar el banco tras agotar todas las otras opciones en una prueba crucial de las nuevas normas de la Unión Europea. Según sus declaraciones escritas, De Guindos dijo que fue “un proceso en el que se ha aplicado de forma estricta la normativa europea, no se ha comprometido ni un euro de dinero público y ningún depositante del Banco Popular se ha visto afectado”. Agregó que “la situación del Popular se ha resuelto de forma ágil y eficaz”.
El rescate de Popular contrasta con la forma en que el Gobierno italiano tardó meses en encontrar una solución para Banca Monte dei Paschi di Siena SpA, evitando usar fondos públicos para proteger a los inversionistas, conforme a lo establecido en las normas europeas.
De Guindos, por el contrario, ayudó a encontrar un comprador para Popular, que la semana pasada se convirtió en el primer banco europeo en ser blanco de una venta forzada.
