Los promotores e inversionistas parecen no estar muy preocupados por los efectos del cambio climático, a pesar de que en un futuro sus proyectos residenciales y turísticos podrían desaparecer, según un estudio de vulnerabilidad en las zonas costeras de Panamá.
Luego de años de investigación, según el estudio, muchas de las costas panameñas se encuentran amenazadas por el recalentamiento global, que podría provocar el ascenso del nivel del mar y subsecuentemente la desaparición de islas y territorios, incluso aquellos donde se han desarrollado millonarios complejos residenciales y centros turísticos que están contribuyendo actualmente al crecimiento de la economía.
Al ratificar la Convención de Cambio Climático de las Naciones Unidas, Panamá tuvo acceso a información que le permitió identificar sus zonas "vulnerables", que serían impactadas por este fenómeno natural. El Gobierno, a través de la Autoridad Nacional de Ambiente (Anam), maneja estos datos desde el año 2000.
Pero los actores del mercado de bienes raíces no están conscientes de la situación; muchos conocen del grave problema del planeta, pero son muy pocos los que saben qué áreas específicamente corren el riesgo de quedar bajo las aguas y cuándo esto podría suceder.
Las áreas sensitivas
Según el mapa que elaboró la Anam (ver gráfico), el área noroeste y todo el archipiélago de Bocas del Toro se verían seriamente afectados a partir de 2030. Es precisamente en esta provincia donde se levanta una decena de proyectos inmobiliarios como Boca del Drago Beach, Big Creek Condor, Isla Solarte, Punta Vieja, Red Frog y Sunset Point.
El estudio que maneja el Gobierno (en cuya elaboración también participaron el Centro del Agua del Trópico Húmedo para América Latina y el Caribe, y la Universidad de Panamá) advierte que la parte sur de la provincia de Chiriquí es otra zona vulnerable, específicamente en la península de Burica, Alanje, David, Horconcito, Boca Chica, Las Lajas y Remedios.
En la misma situación está todo el golfo de Chiriquí: las islas Paridas, Bolaños, Secas, Venado, Mono, Sevilla, Boca Brava, Silva de Afuera y de Adentro, San José y Ladrones, entre otras.
Las costas de las provincias centrales tampoco están exentas del efecto de expansión del mar, entre ellas las del golfo de Parita, Chitré, Las Tablas y Pedasí. Coclé también ha sido identificada como una zona vulnerable: Aguadulce, Natá y Antón podrían verse afectadas.
En la provincia de Panamá, el riesgo se extiende desde Chame hasta San Carlos, incluyendo sectores de los distritos de La Chorrera y Arraiján.
Por el lado este, destacan Pacora, Chepo y Chimán, incluso los humedales protegidos del río Juan Díaz. Asimismo, la bahía de Panamá, hoy punto central de grandes desarrollos urbanísticos, ha sido mencionada por los expertos como un área sensitiva, al igual que el archipiélago de Las Perlas.
Costa abajo y el centro de la provincia de Colón se ven amenazadas, así como el archipiélago de San Blas.
Prevención y conciencia
"Cuando el mar reclame lo que le pertenece va a haber afectaciones en infraestructuras (hoteleras y residencias de verano), por lo que hay que tomar ya las medidas preventivas o de adaptación a este fenómeno", destacó René López, de la Unidad de Cambio Climático de la Anam, quien aseguró que algunas inundaciones ocurrirán en áreas que congregan mucha población y actividades de importancia económica.
El recalentamiento global produce un ascenso del nivel del mar, principalmente por el deshielo de los glaciares polares y la expansión térmica de las moléculas del agua.
"El mismo mar, al estar más caliente, se expande y ocupa más espacio, por lo que va a buscar el territorio continental", dijo López. "Estas zonas donde hay mayor población y actividad económica, llámese sector agricultura o turismo, se verán afectadas porque se están desarrollando en zonas costeras".
El Gobierno pretende identificar ahora cómo el país puede adaptarse a esa realidad futura, y qué programas y políticas públicas se deben implantar para enfrentar el problema.
"Decirle a un inversionista: ‘No hagas tal proyecto porque a lo mejor en 2030 te vas a ver afectado’ es también algo irresponsable. Lo único que se puede hacer es orientarlo a través de capacitaciones y darle a conocer los estudios que se han hecho", considera el funcionario, quien apuesta por crear más conciencia entre los promotores sobre todos los impactos del cambio climático.
que no cunda el pánico
El vicepresidente de la Asociación Panameña de Corredores y Promotores de Bienes Raíces (Acobir), Iván Carlucci, está consciente del recalentamiento global, pero prefiere tomar el asunto con calma porque las consecuencias de este fenómeno no se darán de manera inmediata.
"No creo que vaya a afectar el boom inmobiliario [del país], pero sí creo que es conveniente que las personas que están dentro del mercado de bienes raíces, de la explotación de áreas costeras y de desarrollos turísticos y residenciales, tomen en cuenta el punto de vista ecológico", destacó.
Scott Harris, vicepresidente ejecutivo del proyecto Red Frog Beach en Bocas del Toro, destaca que los estudios sobre el cambio climático existen desde hace muchos años y no son noticia nueva, ni para ellos ni para los inversionistas que deciden vivir cerca de las costas en cualquier parte del mundo.
"Alguien que ha visto la topografía del desarrollo de Red Frog Beach, en la isla Bastimentos, puede ver fácilmente que las casas y condominios son construidos sobre las laderas, bien arriba de la línea de la costa, y las pocas casas cerca de la playa son elevadas", aclaró el ejecutivo del controversial proyecto, que ha sido criticado por la comunidad bocatoreña por supuestamente devastar el entorno natural y contribuir poco al empleo local.
CALENTAMIENTO GLOBAL
RESPONSABLE: El cambio global climático se atribuye a las actividades del hombre.
EFECTOS: Expertos dicen que la temperatura de la superficie terrestre ha aumentado a 0.6°C.
GASES: Hay aumento de gases invernaderos tales como el dióxido de carbono, metano, óxidos nitrosos y otros.
IMPACTO: Emergerán enfermedades infecciosas, inundaciones de terrenos costeros y ciudades, tormentas intensas, la extinción de especies de plantas y animales, fracasos en los cultivos y aumento de sequías.





