Las cajas registradoras serán reemplazadas por impresoras fiscales paulatinamente, a partir del próximo año.
La aspiración del Gobierno es que, empezando por los comercios más grandes, se utilicen impresoras fiscales con las que podrán verificar las transacciones que se realicen y así controlar la evasión en el impuesto de transferencia de bienes muebles y servicios (ITBMS), que alcanza los 250 millones de dólares, o sea un 1% del producto interno bruto, de acuerdo con la Dirección General de Ingresos (DGI).
Para el director de la DGI, Luis Cucalón, la ventaja de estas máquinas, que cuestan entre 500 y mil 800 dólares, es que tienen una memoria a la que solo puede tener acceso esta dependencia.
Los comercios que compren la máquina tendrán derecho a un crédito fiscal. Esto quedará plasmado en un proyecto de ley.
Para el presidente del Consejo Nacional de la Empresa Privada, Gaspar García de Paredes, esta iniciativa indica que van en la dirección correcta, para que se reduzca la informalidad en el movimiento comercial.
El presidente de la Cámara de Comercio, Adolfo Linares, coincide con Paredes en que este paso es positivo.