Marianela Palacios Ramsbottmarianelap@prensa.comLa Dirección General de Ingresos (DGI) no sólo está digitalizando sus trámites y modernizando sus equipos y sistemas, sino también preparando una reestructuración administrativa y diseñando un plan de profesionalización de su personal.
Tanto la Ley 61 de 2002, sancionada durante la administración de Mireya Moscoso, como la Ley 6 de 2005, concedieron autonomía administrativa y financiera a esta entidad pública, pero esta condición aún no se ha materializado. Sin embargo, todo parece indicar que el cambio se hará efectivo en 2008.
"Nosotros esta semana le presentaremos una propuesta formalmente al ministro Héctor Alexander, para hacer efectivo todo este tema de la autonomía. No es que nos vamos como una autoridad, continuaremos siendo parte del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y seguiremos sus políticas, pero saldremos de la estructura administrativa actual", informó Gisela Porras, quien ocupa los cargos de directora general de Ingresos y viceministra de Finanzas.
La autonomía que ensayará la administración tributaria es similar a la que se reconoció a la Oficina del Casco Antiguo, que a pesar de su independencia, forma parte del Instituto Nacional de Cultural (Inac).
Este proceso incluye la ejecución de un plan de profesionalización que diseña la Agencia de Desarrollo Internacional de Estados Unidos (USAID, en inglés) y que estará listo el 30 de noviembre.
"Necesitamos que el funcionario de la DGI sea profesional y vaya por concurso. Para lograr eso, USAID está definiendo cómo debe quedar la nueva estructura, está haciendo los perfiles profesionales, está precisando los requisitos básicos que deben tener los empleados para entrar a esta institución, está estableciendo las posiciones y, sobre todo, nos está dando la clasificación del puesto y cuánto debe recibir cada funcionario", aclaró Porras.
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