Carmen Villa tiene menos de seis meses de vivir con su esposo y sus hijos en el apartamento que compraron en Costa del Este.
Ella —quien prefirió reservar su nombre real por temor a represalias— y su pareja se enamoraron de la hermosa vista al mar y los acabados lujosos de la edificación. El matrimonio decidió invertir alrededor de medio millón de dólares para obtener la calidad de vida que soñaban, pero ahora se sienten desilusionados.
Carmen cuenta que al mes y medio de habitar en el edificio Murano, el techo del apartamento se agrietó, entre otros daños.
Tras las quejas, la promotora Grupo Provivienda S.A. envió a unos subcontratistas para hacer las reparaciones, pero semanas después el techo volvió a agrietarse.
“Lo que más nos preocupa es la recámara principal porque tiene techo de gypsum”, dijo. “Cuando vinieron la primera vez, lo que encontraron (los trabajadores) en vez de losa fue papel periódico, y tenemos miedo de que se desplome porque no sabemos cómo está eso por dentro” .
La inquilina afirmó que para que la promotora los atendiera, han tenido que “pelear y mandarle fotos de los daños”.
Así como Carmen, otros moradores del edificio se quejaron de filtraciones, reparaciones con mala calidad y sin garantía, desborde de aguas negras, malos olores entre otros problemas.
“Hay cosas básicas que pueden pasar en construcción, pero lo que tú no esperas es que te empiece a caer un chorro mientras estás durmiendo, eso fue lo que nos pasó a nosotros”, expresó Carmen.
Empresa responde
La arquitecta Sared Álvarez, de Servicio al Cliente del Grupo Provivienda S.A., aclaró que “esto ocurre por asentamiento del mismo peso al terreno, que es algo relativamente normal en una construcción y no es que esté mal construido”.
Según Iván Carlucci, ex presidente de la Asociación Panameña de Corredores y Promotores de Bienes Raíces, “Provivienda es una promotora seria con mucha trayectoria en el mercado, y las promotoras serias honran los compromisos adquiridos”.
Carlucci aseguró que este tipo de situaciones son fácilmente subsanables, mediante el diálogo entre compradores y la promotora. “Si alguien siente que no ha sido debidamente subsanado debe acudir a atención al consumidor”.
La recomendación del presidente del Instituto Panameño de Derecho de Consumidores y Usuarios (Ipadecu), Giovani Fletcher, es que antes de recibir una vivienda, el comprador debe verificar su calidad con algún experto en construcción. “Por desconocimiento se pasan por alto situaciones que semanas o meses después se convierten en problemas mayores”, añadió.
Efectos del crecimiento
Pero el desarrollo de nuevas construcciones también afecta a propiedades ya establecidas. Mariela de Jiménez, quien reside hace más de ocho años en la barriada Brisas de Viscaya, se queja de que la salud de su familia se ha afectado por las obras de la promotora Extravale Corporation que construye seis dúplex en la parte de atrás de su vivienda. “Desde febrero de este año esas construcciones y el movimiento de los tractores provocaron grietas en toda la casa”.
El ingeniero Ricardo Boyd, en representación de la promotora Extravale Corporation, dejó claro que asumirían la responsabilidad y gastos de los afectados. “Siempre se les dijo que era muy posible que se dieran rajaduras en las baldosas, pero que le íbamos a cambiar todo”, aseguró Boyd. Los dueños de la casa, valorada en alrededor de 100 mil dólares, admiten esta versión, pero expresaron disgusto de esperar 8 meses para la reparación, que comentan se aceleró con la llamada de este medio en busca de información.
Según Giovani Fletcher, de Ipadecu, “estamos viviendo en una situación caótica ya que no hay control de ninguna forma ni interés de los constructores en respetar los derechos de los consumidores. En Vía Argentina se quejan de que producto de las nuevas construcciones muchas aceras han quedado llenas de cemento y tierra, algunas se han reducido; y otras, desaparecido.
En San Francisco los residentes han sufrido daños en sus vehículos y casas debido a las piedras y demás materiales que caen por la falta de mallas, y argumentan que el incremento de robos es culpa de los obreros que trabajan en el área. El Ministerio de Vivienda (Mivi) a través de su vocera, Thabany Beitía, explicó que su entidad solo se encarga de aprobar los planos de acuerdo a las zonificaciones y reglamentos de construcción, pero no tiene capacidad coercitiva.
¿Qué hago si soy yo el afectado?
De enero a julio de este año se han presentado 349 quejas contra inmobiliarias en la Autoridad de Protección al Consumidor (Acodeco), y según Eva Alvarado, jefa de Conciliación de esta institución, las razones más frecuentes son incumplimiento de contrato y garantías.
El amparo legal está en la Ley 45 del 31 de octubre de 2007, que dicta normas sobre protección al consumidor y defensa de la competencia.
Alvarado explicó que la entidad tiene capacidad de decidir si el valor del reclamo no pasa de 2 mil 500 dólares. En caso de que el monto sea mayor, el caso pasa a conciliación, gestión que dura como máximo un mes, y si no se llega a ningún acuerdo mediante el diálogo se acude a los tribunales, donde un abogado de oficio defenderá gratuitamente al afectado. Para hacer la diligencia, el afectado debe llamar al 510-1300 del Departamento de Asistencia o apersonarse a las oficinas de la Acodeco ubicadas en la vía Fernández de Córdoba.
El consumidor debe llevar su escritura o contrato de compraventa de la vivienda para abrir un expediente. El quejoso además debe llenar un formulario con todos los datos sobre el incumplimiento. También entregar copia de cédula y de los reportes hechos a la empresa, agregó Alvarado.
La entidad solicita que se haga la reparación de la vivienda en una fecha tope o se envía a un experto para que inspeccione la vivienda y haga un diagnóstico de los daños, entre otras medidas, añadió.
