El doctor japonés Toyoki Kozai, eminencia mundial en agricultura controlada, explicó en Panamá las bondades de esta nueva técnica de producción agrícola que permite controlar y planificar el cultivo y que crece “con fuerza” en el país nipón.
“Japón es un país muy pequeño, nuestro terreno está muy limitado y necesitamos mejorar la productividad de las tierras porque la población crece sin parar”, reconoció el prestigioso doctor durante el Congreso Internacional de Agricultura en Ambiente Controlado 2015, que se celebra hasta hoy en la capital panameña.
Este nuevo modelo de negocio en la producción de alimentos, que nació en Japón, utiliza alta tecnología y permite a los productores planificar los cultivos y alterar a su gusto elementos como la luz, humedad, concentración de dióxido de carbono o flujo del aire.
De tal manera, apuntó el japonés, se puede hacer frente a las plagas y al cambio climático y garantizar la seguridad alimentaria de la población que en 2050 alcanzará los 10 mil millones de personas, según estima Naciones Unidas.
El concepto de agricultura controlada, que se puede llevar a cabo tanto en suelo urbano como rural, abarca distintas vertientes como las fincas verticales, las granjas y huertos urbanos y los cultivos hidropónicos.
Hasta ahora se recomienda en el caso de que se quieran cultivar productos frescos y se desaconseja para producir arroz y otros cereales, explicó el doctor Kozai.
En Japón, la agricultura controlada representa el 1% de la producción total, según apuntó el doctor, que vaticinó que en cinco años la agricultura controlada “llegará al 10% del cultivo japonés”.
“Llevamos trabajando en esto más de 30 años, pero en la última década el negocio ha empezado a crecer con fuerza”, explicó el exprofesor de la Universidad de Chiba, a 60 kilómetros de Tokyo, y quien en la actualidad trabaja como asesor del Gobierno nipón.
Para el doctor Kozai, la agricultura tradicional no va a experimentar una transformación radical a nivel, pero sí señaló que la producción controlada va a representar un porcentaje “importante” en la producción a pequeña escala.
