La agencia estadounidense Standard & Poor’s (S&P) dijo ayer que sería "difícil" elevar su calificación crediticia para Japón si el país no mejora considerablemente su posición fiscal.
"Será bastante difícil que suba la calificación de Japón desde aquí", dijo Takahira Ogawa, un director de S&P, a Reuters en una entrevista ayer en la oficina de la compañía en Tokio.
"Realmente tenemos que ver más señales de cómo los líderes de Japón planean reconstruir sus finanzas públicas en el mediano a largo plazo" agregó.
La calificación que asigna S&P a la deuda de Japón a largo plazo -su opinión sobre el crédito de los bonos del gobierno japonés denominados en yenes- se encuentra tres niveles por debajo de "AAA", la nota más alta, que la firma adjudica a Estados Unidos.
Esa calificación para Japón es la más baja de las que S&P ha asignado a todo el Grupo de los Siete países más desarrollados (G7), en el mismo nivel que Italia.
Además de Japón e Italia, el G7 está formado por Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá, Francia y Alemania.
S&P rebajó la calificación japonesa a "AA-" en abril del 2002 y rápidamente le siguieron las agencias competidoras Moody’s Investors Service y Fitch Ratings, todas citando preocupaciones sobre el aumento de la deuda pública de Japón, la debilidad de su economía y la lentitud de sus reformas económicas. A lo largo de la última década la deuda pública de Japón ha subido a alrededor de 750 billones de yenes (6.9 billones de dólares) a fines de diciembre, la mayor en el mundo industrializado.