La Superintendencia de Bancos está diseñando junto a la Asociación Bancaria un instrumento de liquidez para el sistema bancario de Panamá.
El superintendente de Bancos, Ricardo Fernández, explicó a este diario que el objetivo es tener la capacidad de proveer liquidez al sistema bancario nacional en un momento de una necesidad puntual.
Las entidades que estén en una situación de este tipo, siempre que cumplan ciertos requisitos que se establecerán, podrán vender activos al Banco Nacional de Panamá.
Fernández dijo que este tipo de operaciones ocurre naturalmente en otros centros financieros. “No es que el banco que la pide tenga un problema. Pueden converger muchas cosas en un día: puedes tener vencimientos grandes de depósitos y alguien que quiera un desembolso grande. Esto puede causar algún tipo de estrechez en la liquidez”.
El regulador aclaró que el fondo será para resolver situaciones puntuales de liquidez, no problemas de solvencia. Solamente podrá ser utilizado por bancos de licencia general, es decir, aquellos que tienen operaciones locales, y con el conocimiento de la Superintendencia de Bancos.
En un primer momento se trabajaría con el Banco Nacional de Panamá, pero también podrían incorporarse otros bancos para adquirir los activos. La venta se haría con una quita o descuento, que sería parte del beneficio para el comprador.
Rolando De León, gerente general del Banco Nacional de Panamá, dijo que los activos o cartera que se adquieran tendrán que cumplir ciertas condiciones. Ese activo ejercerá de garantía para acceder a la facilidad de crédito y “una vez que el banco repaga, se regresa el activo. En caso de que no haya repago, se quedaría de nuestra parte”.
Carlos Troetsch, presidente de la Asociación Bancaria de Panamá, dijo que “el riesgo para el Banco Nacional es muy bajo porque el banco que requiera acceder al fondo de liquidez le estaría vendiendo un activo, como bonos o títulos de deuda del Estado, y si no paga la deuda, el Banco Nacional lo puede vender”.
El centro bancario de Panamá, a diferencia de otros sistemas financieros del mundo, no tiene prestamista de última instancia o un banco central que haga este tipo de funciones. Esto ha provocado que los bancos hayan sido especialmente prudentes en su manejo. Esta situación no variaría con el fondo de liquidez.
Troetsch dijo que “esto no es una línea para que los bancos la usen porque necesiten más plata. Es para eventos de liquidez. Es algo que los bancos hemos manejado de manera interna, pero tener la capacidad para, en un evento fortuito, acceder a este instrumento, da más fortaleza al centro bancario”.
Por ejemplo, el instrumento podría ser utilizado en caso de que se difunda un rumor sin fundamento sobre un banco y que esto provoque una salida repentina de depósitos.
La creación de un fondo de liquidez es una recomendación de entidades multilaterales, bancos corresponsales y agencias de calificación de riesgo.
Alejandro García, director general de Instituciones Financieras de América Latina de Fitch Ratings, coincidió en que instrumentos de este tipo ayudan a mitigar riesgos en el sistema financiero. “Hay muchas experiencias en el plano internacional. Solo hay que mirar qué se ha hecho bien en otros lugares y qué falta por implementar en Panamá”.
El analista dijo que también se está fortaleciendo la supervisión y la regulación. “El regulador está haciendo su parte al ritmo que es factible, pero también es importante lo que viene motu proprio de los bancos. El regulador se hace fuerte a medida que los bancos son más conscientes de los riesgos inherentes a su actividad”.
El centro bancario internacional es el más grande de la región si se compara con el tamaño de la economía. Los activos del centro bancario internacional sumaban en abril $118,063 millones. En 2016, el producto interno bruto de Panamá fue de $55,187.8 millones. Es decir, los activos del centro bancario más que duplican el tamaño de la economía.
Es, además, un centro muy competido: 92 bancos prestan sus servicios en y desde Panamá. De ellos, 50 tienen operaciones locales en un mercado de poco más de 4 millones de habitantes.
El tamaño del centro, la cantidad de participantes y la enconada competencia, unido a la ausencia de un prestamista de última instancia, son algunos de los factores que han propiciado el desarrollo de Panamá como plaza bancaria, pero son, a la vez, eventuales focos de riesgos.