La crisis económica de Nigeria acaba de empeorar, y mucho.
El gobernador del banco central Godwin Emefiele se ha resistido, nuevamente, a las peticiones para una depreciación de la moneda, pese al desplome de los precios del petróleo que ha mermado los ingresos del mayor productor de crudo de África.
El gobernador ha mantenido las restricciones al mercado de divisas, que han provocado una fuga de capitales, una caída de la producción de la mayor economía del continente y el desplome del naira a un mínimo récord en el mercado negro.
Emefiele no ha dado ninguna indicación en el comunicado del Comité de Política Monetaria de que esté dispuesto a relajar los controles a pesar de las acérrimas críticas de los inversores y el sector empresarial y de haber sido cuestionado por políticos.
