Ecuador podría verse obligado en el corto plazo a abandonar el dólar estadounidense como su moneda, si el presidente Rafael Correa no logra limitar el gasto, ya que el billete verde comienza a agotarse en el país andino por la crisis económica global.
La desaceleración global ha reducido el valor de las exportaciones petroleras de Ecuador y ha recortado las vitales remesas de los ecuatorianos que viven en el exterior, obligando a Correa a limitar las importaciones y reducir a la mitad las inversiones públicas para mantener más dólares estadounidenses circulando en la economía de esta nación, miembro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
Los analistas indican que el gobernante, que ha sido un fiero crítico del dólar estadounidense, debe hacer más para defender la moneda, adoptando medidas de austeridad que podrían afectar sus reformas socialistas y mellar sus niveles de popularidad antes de las elecciones del 26 de abril.
Un fin al sistema dolarizado podría impulsar el colapso del frágil sistema bancario del país y llevar al mayor exportador mundial de bananas a una profunda recesión, dicen los expertos.
Con arcas anteriormente repletas de dinero por la bonanza petrolera, Correa ha mantenido el gasto social utilizando casi la mitad de las reservas de dólares del país en solo cuatro meses.
