La mayor caída en dos años y medio en las valuaciones de las acciones de mercados emergentes está demostrando que la desaceleración de la economía estadounidense sigue importando para Brasil, Rusia, India y China.
Las acciones en el índice MSCI de mercados emergentes bajaron este mes 11.5% con respecto a las ganancias, porque la perspectiva de una recesión en Estados Unidos hizo que dos tercios de los índices bursátiles del mundo entraran en mercados bajistas.
La última baja mensual tan pronunciada fue en agosto de 2005, según datos compilados por Bloomberg. Ni siquiera la razón precio-ganancias del índice S&P 500, que sirve de referencia para las acciones estadounidenses, cayó tanto.
Empresas como PetroChina Co., el mayor productor de crudo del país, y OAO Lukoil de Rusia prueban que la amenaza de una crisis mundial está afectando la confianza de los inversionistas, que consideraban a los países en vías de desarrollo una opción para resguardarse de la situación en Estados Unidos.
La caída de 44% registrada por PetroChina desde noviembre borró unos 400 mil millones de dólares, más que el valor de mercado de Microsoft, el mayor productor de software.
Las acciones rusas van rumbo a su mayor pérdida en 19 meses después de que los administradores de fondos compraron una cantidad sin precedente en 2007.
"La única manera en la que podrían desacoplarse sería si estuvieran en otro planeta", dijo David Dreman, que supervisa 20 mil millones de dólares como director de inversiones en Dreman Value Management de Jersey City, estado de Nueva Jersey. "Somos el mayor comprador de sus productos y el mayor usuario de sus servicios, así que si nuestra economía se desacelera, su ritmo de crecimiento también tiene que caer".
El índice MSCI subió a un máximo histórico en octubre por la expectativa de que el crecimiento económico en Brasil, Rusia, India y China, que representó la mitad de la expansión mundial el año pasado, protegería a las acciones aunque Estados Unidos tambaleara.
El alza del año pasado colocó a la valuación del MSCI por encima del S&P 500 por primera vez desde que estalló la burbuja de internet en marzo del 2000. Los inversionistas estaban dispuestos a arriesgar capital en crecimiento de las ganancias en países en vías de desarrollo conforme sus gobiernos mejoraban sus reservas internacionales y reducían su deuda. Ahora la razón precio-ganancias es de 15.43, en comparación con 17.44 a fines del año pasado.

