El grupo óptico italiano Luxottica ha impuesto a sus trabajadores el uso de una bolsa transparente en la zona de trabajo para controlar el robo de gafas, que en el último año ascendió a 50 mil pares.
La medida, que comenzará a ponerse en práctica el próximo lunes en cinco factorías de Luxottica y afectará a cerca de 8 mil empleados, ha puesto en pie de guerra a los trabajadores y a los sindicatos, que ya han anunciado movilizaciones, por considerar que atropella sus derechos civiles y les trata como ladrones.
Los directivos de Luxottica, según publicó ayer La Repubblica, tomaron la drástica medida debido a que sólo en 2006 fueron robadas de las factorías de Agordo, Trento, Belluno, Treviso y Torino 50 mil pares de gafas de lujo, lo que supone un daño a la economía del grupo industrial italiano.
Hace tres días, el grupo envió una circular a los trabajadores, firmada por el consejero Roberto Chemello, en la que se afirma que "desde el 23 de julio no se podrán introducir en las zonas de trabajo bolsas, mochilas, bolsitas o cualquier otro contenedor diferente al marsupio Luxottica".
El "marsupio Luxottica" es la bolsa que en España se conoce como "riñonera" y que usan sobre todo los turistas, que la llevan colocada en la cintura y donde suelen portar los documentos, dinero, tabaco, entre otros.
Según la circular, los trabajadores no están obligados a llevarlo, pero deben saber que no pueden introducir en los lugares de trabajo otro tipo de bolsa. Eventuales botellas de agua u otros objetos deberán llevarlos en la mano. También les recuerda que en los vestuarios cada uno tiene un armario donde dejar sus cosas.
Los trabajadores han denunciado que la empresa los trata "como ladrones por culpa de unos cuantos", que eso no es justo y que la medida además viola la privacidad.
Giuseppe Colferai, líder del mayor sindicato del sector, aseguró que o cancelan la medida o irán a la huelga, a la vez que está convencido de que Leonardo Del Vecchio, dueño de Luxottica, "no sabe nada de esta imposición del marsupio. Una ofensa de ese calibre, él jamás la haría".
Del Vecchio es el empresario italiano que más paga a la hacienda pública, por delante de Silvio Berlusconi.

