Fernando Fraguela era un empleado más en la cocina de Penca's cuando tuvo la idea de abrir su propio restaurante. Empezó un día a hacer las gestiones, a buscar un local, a captar capital... En esas estaba, cuando su jefe, enterado del asunto y alegando conflicto de intereses, lo puso en la calle. Entonces, lo que menos imaginaba ese jefe es que su ex cocinero se convertiría en el fundador y cerebro de una cadena de cafés que, en menos de año y medio, ha abierto tres locales, planea franquiciarse para llegar a Costa Rica y pronto manejará la cafetería de una de las universidades privadas de mayor demanda en el país.
Café Santé es el nombre con el que Fernando bautizó su primer negocio, así como los locales sucesivos. Café, porque queríamos algo que fuera informal y relajado, y Santé, que significa salud en francés.
Cuando dejé Penca's, me dije que le iba a dar duro a esto. El primer día facturamos 200 dólares, pero al día siguiente hicimos 700 y así fuimos creciendo, recuerda este empresario-chef de 33 años de edad.
Reconoce que al principio sintió temor al dejar un trabajo estable. Pero siempre había querido algo propio y la oportunidad se presentó cuando su hermano Moisés, de 31 años de edad y dedicado a la construcción, le animó a que hicieran algo juntos. Vino la época mala de la construcción, así que decidimos tirarnos al ruedo.
Abrieron el primer local el 19 de agosto de 2002 en Bella Vista y Calle 51, en un pequeño espacio que antes fue ocupado por otro restaurante de nombre Pechugas.
Todo el mundo me decía que ese lugar estaba salado, que por ahí no se movía nadie, recuerda Fernando. Pero nosotros no vimos lo que había entonces, sino lo que podía llegar a ser el lugar. Vimos todo su potencial. De hecho, reconoce que uno de los mayores atractivos de sus restaurantes es precisamente el cuidado que prestan al momento de seleccionar la ubicación.
En Bella Vista, estamos al lado de la torre del Banco Continental, señala. En cambio, los otros dos cafés de la cadena no están enclavados en el área financiera de la ciudad, sino en las zonas de mayor movimiento turístico. El local de Amador fue inaugurado el 9 de abril de este año, y el del centro comercial Multicentro, el 23 de noviembre.
Fernando todavía recuerda que cuando abrieron en Bella Vista, su hermano y él lo hicieron con un capital de 7 mil dólares, que levantaron a fuerza de pedir préstamos a conocidos, vender el carro y hacer vaquitas. La estufa la tomaron de la cocina de la casa de la madre de ambos, lo mismo que los cuadros que adornan el lugar. Las mesas son del Costo, de 39 dólares, dice.
El mismo Fernando se encargó de decorar el lugar y pintó las paredes de rojo, porque alguien me dijo una vez que el rojo da hambre. El logo de Coca Cola es rojo y cuando uno lo ve, siente sed.
No obstante, para abrir los locales de Amador y Multicentro, el grupo buscó socios. Los Fraguela vendieron el 30% de las acciones de estos dos negocios, principalmente entre clientes y amigos. La gente siempre nos preguntaba si no necesitábamos socios, y cuando los llamamos para ver si seguían interesados, todo el mundo corrió a poner la plata.
En el restaurante de Amador tienen participación Luis Romero, un vecino de los Fraguela que se dedica al negocio de las serigrafías; los hermanos Marlon y Darío De Souza, y dos ejecutivos de Wall Street Securities (Raúl Ferrer y José Sánchez). En el del Multicentro, en cambio, los otros accionistas son la familia Sobrino (propietarios a su vez de productos La Doña y Sushi Express) y Baltazar Duque.
Los Fraguela, además de mantener la mayoría accionaria, también ejercen el control administrativo y operativo de los tres restaurantes.
Sus estudios de administración de restaurantes en Chile y de artes culinarias en Argentina le sirvieron a Fernando lo suficiente para crear uno de los menús más versátiles y completos de cualquier café de la plaza. En los Santé, los clientes pueden pedir desde quesadillas mexicanas hasta pollo en salsa de maní al estilo tailandés.
Actualmente, toda la familia Fraguela participa del negocio. En Amador, cierra mi hermano Carlos, y en Bella Vista, mi mamá, cuenta.
El año 2004, Fernando lo empezará con una nueva faceta, dado que a partir de enero, manejará la cafetería de la Universidad Latinoamericana de Ciencia y Tecnología (ULACYT), que tiene una población de 2 mil estudiantes.