Los líderes del empresariado chileno advirtieron ayer que una reforma a las pensiones, anunciada por el Gobierno, podría tener efectos indeseados si no se hace en forma correcta y de manera consensuada, en medio de una debilitada economía y un creciente desempleo.
La presidenta chilena, Michelle Bachelet, dijo que impulsará un plan para elevar las pensiones, con cargo exclusivo a aportes del empleador, además de cambios a las reglas por las que las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) manejan activos por más de 160 mil millones de dólares.
Junto con ello, la mandataria convocó a un gran pacto para respaldar esta reforma, por lo que fijó una serie de reuniones, en que destacó el encuentro que sostuvo con los representantes de la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC). “Son muchos los temas y muchas las variables [sobre el ahorro]. Esto tiene efectos microeconómicos, macroeconómicos.
Por supuesto que si las cosas no las hacemos bien, vamos a tener efectos indeseados que nos preocupan”, dijo Alberto Salas, líder de la CPC, tras la reunión con Bachelet. Según el timonel, los empresarios están dispuestos a trabajar en cómo se pueden mejorar las pensiones, cuando arrecian las críticas desde los cotizantes hacia el actual sistema.
Sin embargo, la cúpula empresarial hizo hincapié a la mandataria en que la reforma planteada no debe afectar el crecimiento económico del país.
La reforma busca implementar medidas para introducir más competencia.

